Guillermo Molina es un jugador muy completo que puede hacer
de todo en un partido: defiende, organiza el juego, marca
muchos goles con su demoledor lanzamiento... Un jugador que
ha progresado cada año y en Melbourne se convirtió en el MVP
a pesar de que España no jugó la final. Tanto en el Mundial
de Melbourne como en la Liga italiana con el Brescia
Guillermo ha destacado por su gran facilidad goleadora. El
año pasado fue el segundo máximo goleador en Australia (sólo
superado por el americano Tony Acevedo) y en Italia se
erigió en el ‘capocannoniere’ con 103 goles, 81 tantos en la
Liga regular y 22 en las eliminatorias por el título.
Su polivalencia le permite desempeñar cualquier otro tipo de
rol en el equipo.
En este Europeo, por ejemplo, el jugador caballa se ha
tenido que encargar más de organizar el juego y asistir a
sus compañeros (por culpa de la lesión en un ojo de Kiko
Perrone) que de finalizar él mismo las jugadas. No se ha
prodigado en el lanzamiento y acabó el torneo con sólo nueve
goles en siete partidos. Marcó por partida doble ante
Montenegro, Eslovaquia y Grecia y un gol contra Croacia,
Hungría y Rumanía.
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