Las Brigadas Forestales realizan durante el invierno labores
de poda y desbroce en los montes de la ciudad para que
afronten con mayor seguridad frente a los incendios el
periodo del verano. Desde el 1 de junio trocan su labor a la
de vigilancia y ascienden a los puntos más altos de la
ciudad, el monte de la Tortuga y los miradores, para
detectar allí cualquier rastro de humo con unas vistas que
comprenden toda la ciudad. El dispositivo de vigilancia dura
desde las 9.00 horas hasta las 21.00 y terminará con el Día
de la Mochila, el 1 de noviembre.
Desde que comenzó su labor este año, las Brigadas Forestales
han visto 11 conatos de fuego en junio y 5 en julio: “Casi
todos ellos se producen en las zonas periféricas de la
ciudad. Por los barrios de Mendizábal, Loma Margarita o el
Príncipe Alfonso” indicó el coodrdinador de las Brigadas
Forestales, Carmelo Navarro. Los incendios o los pequeños
fuegos en Ceuta siempre se poducen por causas humanas,
“aunque ninguna de ellas es intencionada, casi todos los
motivos son antropológicos pero siempre por negligencia,
nunca hay intención”. La mayoría de las ocasiones se produce
el fuego por colillas que se lanzan a las cunetas o la quema
de pequeños vertederos de alguna finca o zona despoblada del
cinturón periurbano de la ciudad. El modo de actuación de
las brigas consiste en avisar al servicio de bomberos en
cuanto ven el humo y, posteriormente, personarse en la zona
para comprobar cuales han sido las causas y vigilar el
desarrollo del fuego.
Desde la Ciudad se emitió para este verano una ordenanza por
la que se prohíbe completamente realizar ningún tipo de
fuego en el campo ceutí. Las brigadas no tienen potestad
para realizar la denuncia y si encuentran personas
realizando hogueras o alguna otra actividad similar
advierten de la prohibición y pueden avisar a la Benemérita:
“Normalmente cuando se advierte a las personas que están
haciendo un fuego lo apagan y no hace falta llamar a la
Guardia Civil”.
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