Hace varios meses el local social de la Reina volvió a ser
el blanco de los delincuentes. Una mañana cualquiera, la
presidenta de la Asociación de Vecinos de esta barriada, Ana
María Román, encontró nuevamente el local social saqueado.
“Ordenadores, el trabajo de alfabetización de dos años y dos
máquinas de coser, una de ellas mías”, comentó Román, fue
parte del botín que se llevaron los ladrones. Meses después
y gracias a la inestimable ayuda de la viceconsejería de
Equipamientos Urbanos y Dotaciones en Barriadas que dirige
Gregorio García Castañeda, se ha conseguido reestablecer la
normalidad.
La Ciudad ha diseñado para este local social, escondido
detrás de las casas y fuera del alcance de la visibilidad de
la calle principal y muchas veces de la policía, unos
refuerzos tanto para las ventanas como para la puerta. “Han
impedido que las piedras que muchas veces han tirado pueda
entrar ahora por la ventana”. En muchos casos son niños de
otras barriadas los que causan los problemas en la Reina.
Actualmente, tanto Román como otras vecinas se afanan por
acondicionar este lugar de reuniones y la representante
vecinal pide que se les devuelva al menos la cuarta parte
que les fue sustraída. La idea es celebrar antes de que
termine el año las fiestas de la barriada, algo que no pudo
producirse el año pasado debido a un anterior destrozo del
local social.
Por otro lado, después de que se marcharan hace tiempo las
Brigadas Verdes, la barriada se encuentra “llena de
hierbajos, pero lo peor es el estado del pavimento, todo
levantado, porque aquí hay más coches que vecinos”, denunció
Román.
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