|
Estoy de tertulia con un grupo de
conocidos, entre los que se encuentra un responsable de una
de las oficinas de INEM, que aquí se llama con otra
denominación que no la pongo por temor a levantar odios
lingüísticos incomprensibles, y debatimos sobre el paro y su
entorno.
Afirmo que sí existe tráfico de influencias, siempre y a
estas alturas del siglo XXI, pero que ahora tiene un bucle
que lo camufla como legal.
Me explico: el hijo del primo del cuñado de la tía de un
mandamás, de cualquier Ente público, quiere entrar en la
Administración de ese cualquier Ente público recién
terminado sus estudios y recién dado de alta en la oficina
del INEN de su ciudad como administrativo en paro.
El Ente público saca a concurso proveer plazas en sus
oficinas, talleres, dependencias, etc. a través de
convocatoria pública. El primero en saber eso, antes de que
se haga público, es el hijo del primo del cuñado de la tía
del mandamás.
Se inscribe en las mismas condiciones que los restantes
aspirantes, ¿aspirantas viene en el Diccionario, aunque sea
en singular?, avisados por el INEM de turno.
Es convocado a unos exámenes, cuyos examinadores ya están
advertidos de antemano, donde resulta que ignora la mitad de
las preguntas y sin embargo es el número 1. Ya tiene el
puesto anhelado.
La definición del familiar, lejano y supuesto familiar, no
es más que una manera de exponer el verdadero alcance de
esta confabulación que camufla el tráfico de influencia
patente siempre en nuestro país.
Ciertamente puede no haber nada de ilegal, salvo que los
profesores o examinadores se salten su propia ética, al ser
realizadas las convocatorias dentro de los cauces previstos
por las leyes y participar el INEM de acuerdo con sus
postulados. Salvo que tenga a alguien tan corrupto que solo
avise de las convocatorias al interesado. Pasa muy
raramente, pero pasa. Los Boletines oficiales emitidos por
el Ente público no llegan nunca a todos.
No me digan que es imposible esto porque ha pasado, pasa y
pasará.
No solamente puede ser sospechoso, que lo es, sino que es
ilegal por cuanto esos exámenes de aspirantes a
convocatorias públicas deben ser realizados por
especialistas en el tema, ajenos al Ente público que las
convoca y sin ningún contacto, ni siquiera familiar, con los
miembros mandamases de ese Ente.
De ésta manera veríamos en la burócrata Administración más
bolígrafos y CD’s de datos sobre las mesas de los
funcionarios y menos cafés con leches en las barras de los
bares.
Muestras las tenemos a montones.
Cambiando de tema, como es corriente en este viajero de
letras, y entrando de lleno en el mundo de los blogs, foros
y demás inventos de Internet, veo que blogueros-blogueras y
foreros-foreras se refieren a algunos de mis artículos,
incluyendo los puntos suspensivos sobre los que no quiero
crear escuela, omitiendo la fuente.
No es que quiera darme importancia, que sencillamente no la
tengo ni la quiero tener, pero al menos podrían dar el
nombre del medio en el que beben.
Con ello darían publicidad a “El Pueblo de Ceuta” y de paso
hacerme un favor pequeñito con el que poder hacer la pelota,
por primera vez, al editor. ¿No creen? Estamos en crisis,
incluido yo por supuesto, y nunca vienen mal unos cuantos
euros, mejor si estos están seguidos de algunos ceros, con
los que paliar un poquito el derrumbe mundial de la
economía… llenando los bolsillos de los ricos desde luego.
|
OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM
