Mañana de abanicos... mucho calor y nervios. La esperanza
paseaba por encima de cada una de las 800 personas que
esperaba con ansiedad a que comenzara el sorteo. Esas llamas
de esperanza iban consumiéndose a medida que el tiempo
aceleraba los corazones y que el bombo adjudicaba con la
vara de la fortuna viviendas a personas que jamás podrán a
volver a decir que no tienen suerte en la vida. Las uñas
tampoco resistían a las embestidas de los nervios y los
amuletos y estampas de santos se arrugaban entre las manos
de los más creyentes.
Lorena Pastor, una de las afortunadas en las viviendas de
Serrano Orive, llevó consigo una estampa con la imagen de la
virgen de Santa Ana, patrona de la vivienda. “Supongo que
cada uno habrá llevado algo para que le dé suerte”, dijo al
concluir el acto, visiblemente emocionada aún.
Curiosa fue la historia de Irene Carrasco, cuyo nombre fue
el segundo en salir del bombo. Ella no estaba presente en
las gradas porque a esa hora se encontraba en el colegio de
abogados haciendo un examen oral para acceder al turno de
oficio de la escuela de práctica jurídica. Para ella fue un
día grande ya que aprobó un examen que llevaba preparando
dos años. “Escuché vibrar el movil a las 11.05 (a las 11.00
comenzaba el sorteo) y no pude mirarlo hasta que terminó el
examen. Tenía un mensaje de mi madre que me daba la noticia,
pero es que yo pensaba que tan pronto no me podía haber
tocado. Ahora lo primero que voy a hacer es ir a ver los
muebles y comprarme un coche para meterlo en el garaje”.
Irene, de 27 años, asegura que este verano, con la boda de
su hermana y con su independencia, “vamos a dejar a mi madre
en paz de una vez”.
Sin embargo, Irene y otros tantos deben saber que las
viviendas tardarán unos meses en entregarse. Antes del 31 de
agosto deberán proporcionar a Emvicesa toda la documentación
requerida y en septiembre harán los contratos de las
viviendas. Las de Calderón de la Barca serán las primeras en
entregarse, mientras que las de Serrano Orive tardarán al
menos seis meses más, debido al parón que sufrieron las
obras a principios de años por culpa de la crisis económica
que padeció la empresa constructora Elsamex.
Jesús Martín, director adjunto de Marina Meridianal, tiene
31 años y por fin va a emprender una vida por independiente,
después de 31 años viviendo en su casa. “Cueste lo que
cueste esta casa, siempre será más barata que una hipoteca”,
afirmó.
Las casas se adjudicarán según el tamaño/número de personas
del núcleo familiar.
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