Un agente de la Policía Local cayó herido grave en las
cercanías del ambulatorio ubicado en El Príncipe al impactar
en su ojo izquierdo una de las piedras con las que un grupo
de desalmados intentaba obstaculizar la labor policial que
pretendía llevarse un vehículo que carecía de la
documentación pertinente.
El último tercio de la jornada dominical de tarde del turno
del 092 en servicio tenía reservado la desagradable sorpresa
de volver a revivir las pedradas contra la Policía en
Príncipe Felipe. Eran las 19’15 horas aproximadamente. Poco
antes los agentes de este mismo turno dieron el alto a un
vehículo que se recreaba en la zona de obras del hospital
civil haciendo trompos y conduciendo temerariamente. El
resultado fue el decomiso del vehículo.
Más tarde, en la continuación de la patrulla, los agentes
comprobaron que un automóvil [Renault Twingo] se encontraba
mal estacionado en dirección contraria al sentido de la
marcha en la carretera de acceso a Príncipe Felipe a la
altura del ambulatorio de Atención Primaria. La primera
impresión [no había nadie en su interior] era de que pudiese
tratarse de un vehículo robado. Pero no. Cuando los policías
intentaban conocer datos del automóvil, en contacto con la
central, aparecieron los presuntos dueños.
Los agentes además de recriminarles la posición en la que
abandonaron el vehículo les exigieron la documentación del
mismo. Situación que no pudo producirse por carecer, según
fuentes policiales, de estos documentos acreditativos. De
tal modo que la decisión era clara. La grúa ya realizaba su
trabajo cuando comenzó, sobre las 19’15 horas una lluvia de
piedras procedentes de la cercana colina en la zona.
En ese instante, los agentes no tuvieron más que protegerse
tras los vehículos en el momento en que una de esas piedras
impactó directamente en el área ocular izquierdo de uno de
los policías actuantes que cayó fulminado tras el golpe.
Manando sangre en abundancia, la llegada de más efectivos
policiales tanto de la Local [hasta cinco vehículos] y de la
Policía Nacional [otros tres] propició el rápido traslado
del agente herido a las Urgencias del Hospital Civil. En la
lluvia de piedras protagonizada, según testigos, por menores
de entre 12 y 16 años a los que se unieron varios que
llegaron de la Playa del Tarajal, cayó lesionado un Policía
Nacional por una pedrada en la pierna.
Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía se emplearon con
pertrechos de material antidisturbios.
El vehículo intervenido estuvo involucrado hace un par de
meses en un intento de atropello a un agente de la Policía
Local cuando el conductor del automóvil pretendió saltarse
un control policial.
Ánimo y apoyo de Vivas
Con pronóstico reservado y calificado de gravedad, el
policía herido presentó un fortísimo hematoma con herida
inciso contusa que necesitó algunos puntos de sutura y le
produjo perdida de visión. Con resultado aún incierto en
cuanto a su evolución, 24 horas después del suceso, el
agente de la Policía Local no había recuperado visión.
El consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez atendió
personalmente al agente y por la mañana del día siguiente en
la sede del Palacio municipal lo acompañó a visitar al
presidente de la Ciudad quien se había interesado por el
estado de salud del policía. Vivas mostró su apoyo y
solidaridad a los agentes de la Policía Local al tiempo que
no entendía la respuesta de los ciudadanos contra la Policía
Local
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