Después de las derrotas ante Montenegro y Croacia, la
selección española estaba obligada a derrotar a Eslovaquia
para mantener sus opciones de meterse entre los cuartos de
final del Campeonato de Europa, que se está celebrando en el
Centro Acuático de Málaga.
El equipo de Rafa Aguilar se olvidó ayer del decepcionante
debut ante Montenegro y del discutible arbitraje del partido
ante Croacia y se dedicó a hacer lo que mejor sabe: jugar un
waterpolo veloz y dinámico que le sirvió para deshacerse de
la ‘cenicienta’ del grupo sin excesivos problemas.
Eslovaquia sólo fue por delante en el marcador en el primer
minuto, cuando se adelantó con un gol de penalti (1-0). A
partir de ahí, España dominó en casi todas las facetas del
juego, especialmente la defensiva, donde hizo un partido
prácticamente perfecto al dejar a su rival con tan sólo
cuatro goles en su casillero.
Los hombres de Rafa Aguilar, cada vez más entonados, cada
vez más sueltos, engrasaron la máquina de hacer waterpolo,
aprovecharon varias jugadas en superioridad y se dispararon
en electrónico con una facilidad pasmosa, mientras que
Eslovaquia, cada vez más pequeña, cada vez más asfixiada,
empezaba a evidenciar una alarmante falta de recursos
tácticos. El parcial fue de escándalo en los últimos diez
minutos (7-0), en los que Rafa Aguilar aprovechó que el
partido ya esta resuelto para enseñar algunas variantes
tácticas, tanto en ataque como en defensa, que funcionaron a
la perfección.
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