Situado al Nordeste del Cabo de Punta Almina el histórico
edificio ubicado en este destacado accidente geográfico
costero de la ciudad ha servido y bien en sus funciones de
proporcionar seguridad como medio de aviso a navegantes en
épocas de dura niebla ante el peligro de las cercanías de
los isleros y costa.
Se trata de una edificación de Planta rectangular
desarrollada en planta baja y cubierta. Su descripción
acctual en la ficha del área de Fomento de la Delegación del
Gobierno dice lo siguiente: “Edificada sobre una fuerte
pendiente que ha sido regularizada mediante el empleo de
mampuesto de piedra y refuerzo de hormigón armado. La
distribución interior, actualmente perdida, corresponde su
uso para albergar las instalaciones de señales acústicas
marinas, de ahí su nombre “La Sirena de Punta Almina”,
encontrándose en el la vivienda del Técnico – Mecánico
encargado; despachos oficiales; departamentos de Máquina y
Talleres; Almacenes y Depósitos; un patio adosado en la
parte posterior y un aljibe debajo del vestíbulo que se
dividía en 2 compartimentos, recogiendo el agua de la
azotea. La cubierta es plana, de tipo transitable,
disponiendo la misma de una zona cubierta a cuatro aguas
donde se ha perdido toda la tejería y parcialmente los
rastreles de madera.
El inmueble no conserva ningún tipo de carpintería
habiéndose perdido y produciendo la entrada de agua. Los
huecos en la fachada de la planta baja disponen de celosía
de obra.
En cuanto al camino de servicio que lleva hasta la Sirena,
tiene una longitud aproximada de 500 metros y parte de la
carretera de circunvalación. Dicho camino pertenece al
Estado (Ramo del Ejército”).
Pero ¿y su historia?: Su fecha de construcción se remonta a
1913. El edificio fue construido para el servicio de la
sirena, con cargo a los créditos que para Señales Marítimas
figuraron con el objetivo de reforzar el sistema de aviso a
los navegantes que constituía el Faro de Cerro Mosquero, que
empezó a funcionar en 1855. Las frecuentes nieblas que se
forman en el estrecho de Gibraltar suponían un peligro para
las embarcaciones que se acercaban a la costa Ceutí, por lo
que se decidió la construcción de esta sirena. Las
peculiares señales acústicas que emitía, similar a los
mugidos de un animal, le valió el sobrenombre de “la vaca”.
En 1957, esta será entregada por la Jefatura de Obras
Públicas a la Dirección Facultativa del Puerto. En 1975, se
expuso la necesidad de la creación de un Museo del Mar en el
que se reco-giesen, guardasen y expusieran todos aquellos
restos, materiales y objetos que recordasen la vida de una
“ciudad marítima”. Dicho museo requería para ello la
adaptación previa de algunas pequeñas obras, las cuales
serían realizadas por el Ayuntamiento.
En 1976, según la carta del entonces ingeniero director del
Puerto al Ingeniero Jefe de Costas y Puertos del Sur de
España, no se exponían inconvenientes a la cesión de la
sirena, siempre que se adoptaran las medidas necesarias para
aislar convenientemente la instalación acústica.
Por aquel entonces, el edificio estaba prácticamente sin
utilización en casi su totalidad, quedando únicamente un
pequeño espacio afectado por los emisores instalados.
Abandono
El edificio fue abandonado en el año 1980, una vez que se
instaló en el cercano Faro un moderno sistema de sonido.
Desde esta fecha el edificio sufre un total abandono que
explica en mal estado de conversación que hoy día presenta.
Los desperfectos más ostensibles son la pérdida de
recubrimiento de los muros que han sido “decorados” con todo
tipo de pintadas. La estructura del edificio no parece
demasiado afectada por el largo tiempo que lleva abandonada.
Sin embargo, el forjado del techo presenta importantes daños
provocados por importantes filtraciones de agua procedentes
de la terraza superior.
Uno de los elementos en peor estado es la techumbre de la
antigua sala de máquinas. Si nadie lo remedia, no pasará
mucho tiempo antes de que se desplome.
La pérdida de techumbre puede poner en serio peligro la
conservación de la caldera. Precisamente, la caldera y los
escasos res-tos de la maquinaria de esta instalación son los
que muestran un grado mayor de deterioro, por lo que
requieren una actuación de restauración urgente.
En 1987, el periódico local se hace eco de las intenciones
del Ayuntamiento de convertir el edificio en una residencia
dotada de comedor o asador.
En el año 2000, la Vicepresidencia de Patrimonio Cultural
expuso la posibilidad de transformar la sirena en un centro
de interpretación del Estrecho de Gibraltar.
Este espacio interpretativo, proporcionaría información de
primera mano sobre corrientes marinas y sería un lugar
especialmente idóneo para el avistamiento de cetáceos y paso
de aves.
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