El primer grupo de la oposición en la Asamblea quiere
mantener su “permanente” apuesta por el Medio Ambiente, que
se viene materializando durante toda la legislatura en al
menos una propuesta por Sesión Plenaria relacionada con este
área, y mezclarla con el ámbito del Transporte. Para ello,
UDCE-IU piensa plantear al Pleno de la Asamblea una
iniciativa para instar al Gobierno de la Ciudad a poner en
marcha, “siquiera de forma experimental o como proyecto
piloto, tal como se ha hecho en Málaga”, matiza el portavoz
de la coallición, Mohamed Ali, un servicio público de
transporte en bicicleta.
“Es una apuesta que ha obtenido un gran éxito, con la
correspondiente imagen de desarrollo sostenible que da de
esas ciudades, en grandes capitales como Barcelona o París,
pero también en ciudades de tamaño medio”, apunta el líder
de UDCE-IU en su defensa de una iniciativa que considera
puede ser un “buen complemento” del sistema de transporte
público en autobús y que “favorece las alternativas de
movilidad de forma ecológica contribuyendo al desarrollo
sostenible de Ceuta”.
El sistema de transporte público en bicicleta ha llegado a
España de la mano de la empresa estadounidense Clear Channel,
que lo ha puesto en marcha bajo la marca Bicing en Barcelona
y SmartBike en Málaga “con un sistema de alta o abono muy
sencillo, ágil, seguro y masivo que garantiza el éxito
inmediato”, explican desde la compañía.
Requisitos
En la inmensa mayoría de las ciudades españolas donde ya
opera el servicio público de transporte en bicicleta es
accesible con los siguientes requisitos: ser mayor de edad,
disponer de una tarjeta de crédito o débito, de un teléfono
móvil con tecnología WAP o de una cuenta corriente a la que
ligar la tarjeta de abono y suscribir un contrato de uso
comprometiéndose a cumplir con el código de circulación y a
hacer uso del servicio “con sentido común”.
En ciudades como Málaga, que aún no han adoptado de forma
definitiva el proyecto, que permanece en fase de estudio
como prueba piloto, el coste es gratuito, pero el uso de las
bicicletas está limitado a una hora de uso, aunque se puede
renovar cuantas veces se quiera previo paso por una estación
de entrega-recogida.
Residentes y turistas
En Zaragoza, que acaba de ponerlo en marcha, el servicio
permite el acceso al sistema con abonos anuales (cuesta 20
veinte euros) o temporales.
El primero está recomendado para residentes, mientras que el
segundo, que permite el acceso a las bicicletas entre un día
y una semana, se aconseja a turistas y visitantes.
“La ciudad”, asume las dificultades Ali, “tiene dos
hándicaps aparentes para adoptar esta iniciativa: lo
accidentado de su orografía y la falta de carriles-bici,
aunque se pueden buscar fórmulas para aprovechar la reducida
superficie de Ceuta, que hace de este un medio de transporte
que podría ser utilizado tanto por estudiantes como por
trabajadores o turistas si se combina adecuadamente con el
servicio de autobuses y se desarrollan nuevos espacios para
bicicletas como el que el Estado ha anunciado hasta Benzú”.
Así las cosas y considerando que el coste económico que
podría tener la propuesta es “asumible” el grupo de Ali
estudia ahora cuáles serían los emplazamientos más adecuados
para las primeras estaciones de un futurible sistema de
Bicing ceutí que “podría aliviar el tráfico y la falta de
aparcamientos en algunas zonas”.
Según Clear Channel, con más de diez años de experiencia en
el sector, las bicicletas que se utilizan para este tipo de
servicio cuentan con cambio de marchas, sistema automático
de iluminación, matrícula electrónica y sistema antirrobo,
entre otras prestaciones.
El sistema lo completan las estaciones de recogida y entrega
de las bicicletas, que según la empresa suelen estar
distribuidas en puntos estratégicos de la ciudad,
“normalmente cercanos a estaciones o paradas de transporte
público, enclaves de interés turístico y lugares de alto
tránsito”.
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Una idea que se expande gracias al éxito de París y
Barcelona
A horcajadas del éxito sin
precedentes obtenido en Barcelona y París apenas doce meses
después de su puesta en marcha inicial, el sistema de la
bicicleta pública se extiende por medio mundo. En la capital
catalana cumplió su primer año en marzo y Buenos Aires,
Washington, Nueva York, Londres y otras pequeñas ciudades
miran su modelo con admiración. “El Bicing es una de las
grandes nuevas imágenes de la ciudad y uno de sus mayores
éxitos”, defienden los promotores de la iniciativa
esgrimiendo sus 130.000 abonados. El SmartBike o Bicing se
estrenó antes de dar el salto a las grandes capitales en
ciudades más pequeñas como Rennes, Lyón, Viena y Estocolmo.
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