Mientras escribo a la espera de
saber si, finalmente, las autoridades marroquíes conceden
hoy el permiso a un conocido caradura para manifestarse ante
el Consulado de Tetuán, como les adelantaba ayer, el diario
“Melilla Hoy” se pregunta con tino que está consiguiendo la
Delegación del Gobierno de la ciudad hermana intentando
transmitir “una imagen de tranquilidad y normalidad a través
de comunicados de prensa” (sic), cuando “la realidad es que
la frontera está siendo utilizada como objeto de chantaje
por parte de un grupo de exaltados a los que, para colmo, la
autoridades de Marruecos le están dando coba”. La liberación
del senador (y supuesto maltratador) Yahya no ha aliviado la
presión (la MAP hoy ignora el caso), que está siendo
substituida por la ¡exigencia! de entrega de las ciudades de
Ceuta y Melilla a Marruecos.
Hablando hoy con fuentes melillenses y mientras les
trasmitía que por aquí las protestas habían sido mínimas,
comentábamos como las dificultades del paso entre Melilla y
Marruecos (con la OPE acelerando) era una forma indirecta de
sugerir a los inmigrantes el acceso por el puerto de Nador,
preguntándome yo si estando en funcionamiento el superpuerto
Tánger-Mediterráneo no se hubieran activado presiones en la
frontera de Ceuta dificultando el paso por el mismo motivo.
Valoraciones que habrá que tener en cuenta para el futuro,
pues el entorno inmediato que rodea a ambas ciudades
hermanas estará permanentemente sujeto a las altas y bajas
del conflicto de baja intensidad, introducido
unilateralmente por Marruecos en las relaciones bilaterales
entre ambos países vecinos.
El jueves 3 las asociaciones organizadoras de los conflictos
en la frontera con Melilla anunciaban, inopinadamente, una
tregua de diez días… ¿Gesto de buena voluntad?. En absoluto:
el lunes 7 podría visitar Nador el joven soberano alauí,
Mohamed VI, quien estos días se encuentra en la capital
oriental del país, Oujda, inaugurando infraestructuras y
equipamientos entre los que se encuentran el puente “Mohamed
V” sobre el río Nachef, la “Plaza 16 de Agosto” (5000 m2 en
el centro de la ciudad) y la restauración de otras cinco,
así como el anuncio del proyecto de rehabilitación de la
antigua medina con una inversión estimada de 183,7 millones
de dirhams, incluyendo la construcción de un nuevo mercado.
Naturalmente era poco presentable que, con Mohamed VI en las
inmediaciones, los alborotadores siguieran haciendo de las
suyas. Se entiende perfectamente que las autoridades
responsables impartieran las instrucciones (¿ordenes?)
oportunas a los teloneros de turno para suspender, por el
momento, sus acciones en la frontera de Beni-Enzar que, por
cierto, a quienes primero perjudican es a una ingente masa
de ciudadanos marroquíes ajenos a todo. Mohamed VI, quien ha
vuelto al país tras casi un mes de ausencia, se ha
encontrado el patio revuelto: el Primer ministro Abbas El
Fassi se niega a presentarse ante la comisión de encuesta
sobre los gravísimos sucesos de Sidi Ifni (que, en ausencia
del Rey, han erosionado su imagen y la del Reino), mientras
el “valido” El Himma apoya tras el telón los desplantes de
un presunto maltratador miembro de su grupo político, el
senador Yahya, envenenando de paso las relaciones
bilaterales con un país vecino: España.
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