sociedad - VIERNES, 4 DE JULIO DE 2008

CEUTA
Sergio Cobos
ceuta@elpueblodeceuta.com

Una vez cumplida la mayoría de edad, los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA) deben abandonar el centro de ‘La Esperanza’ para buscarse la vida por su cuenta por su condición de adultos. Para que este cambio existencial no se tan drástico, la Consejería de Asuntos Sociales encargará a Cruz Roja la gestión de un piso para extutelados.

La titular del área de Asuntos Sociales, Carolina Pérez, anunció ayer en los micrófonos de la SER la firma de un convenio con la organización humanitaria Cruz Roja en Ceuta para la manutención y gestión de un piso en el que residirán aquellos Menores Extranjeros No Acompañados (MENA), que acaben de cumplir la mayoría de edad, perdiendo, con ello, el principal requisito por el cual se les permite la residencia en los centros de menores de la ciudad, como el de ‘La Esperanza’. Ya en declaraciones a EL PUEBLO, Pérez afirmó que esta iniciativa, que contará con un presupuesto “que ronda los 52.000 euros”, se resume en “un piso que será gestionado por dos educadores de la Cruz Roja”, y que tendrá una capacidad máxima de seis personas que demuestren, “por su capacidad y formación, como cursos y talleres realizados”, que tienen el potencial para encontrar un trabajo “y salir del nido, buscándose la vida” una vez cumplido el periodo de seis meses, que el tiempo máximo de estancia.

Evitar el efecto llamada

Con el establecimiento de un tiempo límite de estancia de seis meses en el piso para extutelados se pretende evitar “un efecto llamada para que los inmigrantes que estén a punto de cumplir la mayoría de edad tengan una excusa” para cruzar la forntera desde la vecina Marruecos y permanezcan en la ciudad “con comida y cama asegurada”. La consejera de Asuntos Sociales indicó que “lo que se trata es de reinsertar a los jóvenes en la sociedad, vigilarles y asesorarles hasta que cuenten con las herramientas necesarias para poder entrar en el mercado laboral de forma autónoma”, una medida que fue apoyada por la oenegé, que está llevando a cabo la búsqueda del piso a arrrendar para emprender esta iniciativa del gobierno local.

La aportación económico del Ejecutivo autónomico, efectuado a través de la Consejería de Asuntos Sociales, cubrirá “la manutención del local, los dos educadores, la comida y el mantenimiento de la estancia”, según Pérez.
 

El trayecto de los Menores Extranjeros No Acompañados

La repatriación de menores que llegan España, bien solos o sin posibilidad de que de ellos se puedan hacer cargo algún mayor de edad una vez pisan territorio español, se pone en manos de los órganos de protección de menores de las distintas Comunidades y Ciudades Autónomas, que los declaran en situación de desamparo y asumen su tutela. Desde ese momento, son las autoridades estatales las que tienen plena competencia para decidir si procede o no la repatriación de ese niño que, en el caso de Ceuta, como en de otras comunidades, corresponde a la Delegación de Gobierno.

En el caso de Ceuta, las repatriaciones de menores están algo mermadas, mientras que la Ciudad es la encargada de coordinar las labores de distintas organizaciones que velan por la protección del niño, así como de cubrir sus necesidades vitales -comida y alojamiento- hasta el momento en que cumple la mayoría de edad y debe emprender el vuelo para “buscarse la vida” de manera autónoma.

Los centros de acogida que forman la red encargada de gestionar la situación de estos menores son la guardería de San Ildefonso, el Centro Mediterráneo y el centro de La Esperanza, además del convenio con diversas entidades para la manutención de pisos tutelados, en la que Cruz Roja se centra en la asistencia sanitaria y en los cuidados elementales y educacionales de chicas que aún no han cumplido la mayoría de edad, y que, una vez se hacen adultos, deben empezar a buscarse la vida.