Veo en nuestro periódico El Pueblo
de Ceuta una información extraordinaria de Gonzalo Testa
sobre la cita en el Hotel Tryp por parte del presidente de
la ciudad, Juan Vivas, a los medios de comunicación.
Ni que decir tiene que Juan Vivas no se asusta cuando tiene
delante un micrófono y si está en su propio terreno,
incluso, se agranda con el dominio del tema que esté
tratando, por la facilidad de palabra que siempre le ha
acompañado.
Por eso, a nadie de los que le conocemos nos extraña que se
someta y se haya sometido a todas las preguntas que le
quisieran formular.
No estuve, naturalmente, en esa cita con el presidente, pero
vista la información de Gonzalo Testa puedo decir que su
actuación fue de “puerta grande”, sin que yo tenga que estar
totalmente de acuerdo con el tratamiento que él da a alguno
de los puntos que se citan en esta perfecta información.
Al dar cuenta de lo hecho por el Ejecutivo de Ceuta, en este
año, tras las últimas elecciones, resalta Juan Vivas que ha
habido “por encima de todo honestidad”, y quiero decir que
eso no creo que pueda discutirlo nadie, muy especialmente en
lo que a él se refiere, a pesar de que en ciertos ambientes
ronda y ha rondado durante muchos meses la famosa Manzana
del Revellín, con cambios de ideas y de utilización, para el
futuro, cosa que Juan Vivas justifica como “demostración de
prudencia y de coherencia”.
Este es el punto “oscuro”, no diría “negro”, de muchos meses
y del que “los de casa” no hablan, mientras que “los de
fuera” tratan de encontrar ahí el fallo de una legislatura,
que todavía tiene mucho que hacer.
Particularmente, a lo largo de los 14 meses que llevo
escribiendo, en esta columna, nunca toqué este asunto. Había
otras personas que siguen el día a día esto y consideré que
estaban más informados que yo sobre ello, pero aun así, que
no le quepa duda a nadie que este va a ser el “garbanzo
negro” de una Ceuta que hasta ahora no ha podido dar
solución definitiva, al haber caído en el centro de la
ciudad como si viniera del Cielo para algunos y como
antesala de los Infiernos para otros muchos. Sobre estas
“prudencia y coherencia” de las que habla Juan Vivas se
extendía más en:” estamos ante la culminación de un proyecto
cuyo aprovechamiento rotundamente mayoritario será de
carácter dotacional y cultural y en el que la inversión
pública ha sido transparente”.
No podía faltar en esa comparecencia el futuro Congreso del
PP de Ceuta, para el final del verano a lo que el presidente
de la Ciudad insistió en que “apoyaré la candidatura de
Pedro Gordillo por coherencia y porque creo que su gestión
ha sido más que satisfactoria”. No hay lugar a dudas, la voz
que más pesa, hoy, en el PP de Ceuta apoya la continuidad al
frente del PP a la persona que ahora preside el partido, y
además añadía Vivas:” Son distintos los papeles y los
trabajos de quienes están en la Ejecutiva del PP y quienes
están en el Gobierno ceutí, y compaginar ambas tareas no
supone ninguna complicación”.
Aquí, Juan Vivas, creo que al hablar miró para otro lado,
porque en el PP de Ceuta hay personas muy válidas, sin nada,
y ni él ni yo creemos que sea positivo eso del “to pa mí”,
que a la larga lo único que acarrea es cierto clientelismo
que en un partido como el PP, ni debe, ni tiene que existir.
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