“Parece que huelen el barco cuando viene de camino a Ceuta,
aunque esté en mitad del Estrecho”. Así lo comenta uno de
los trabajadores que a diario vigila la carga de los
camiones que recogen la basura orgánica que se genera en
Ceuta y que se desplaza por mar en la embarcación ‘Lidon B’,
del grupo Boluda, rumbo al vertedero de Los Barrios (Cádiz).
Ayer la jornada fue frenética, con los vaivenes de una
patrulla de la Guardia Civil y hasta una veintena de
inmigrantes apostados junto a la valla que separa las
escolleras del firme del Dique de Poniente. “Ahora, con el
calor, parece que quieren salir antes”, comentó Amado, que
cada día observa desde la ventana de su oficina cómo “se
agazapan entre los ejes de los camiones, entre los bultos de
la carga o donde pillan y pueden” para pegar el salto hacia
la ribera peninsular, instigados por la desesperación de
alcanzar ese sueño dorado de ganarse la vida en España. “Son
necesarios más agentes para vigilar los saltos de los
inmigrantes desde la valla hacia los camiones”, comentó un
agente de la Guardia Civil que hacía la ronda, “y lo suyo
sería que se interviniera en esta zona con un equipo
exclusivo para repeler los intentos de los inmigrantes de
meterse en los camiones de la basura”.
Sobre la relación mantenida entre los ‘sin papeles’ y los
operarios del puerto en su devenir diario, los comentarios
expresan sentimientos dispares. Daniel indicó que antes eran
“más peligrosos, porque se enfadaban cuando los echábamos de
los camiones y nos tiraban piedras”, mientras que Manolo nos
cuenta que hace tan sólo un par de días tuvo que “meter la
parte trasera del camión en el ‘Lidon B’ para echar a los
inmigrantes y que sus compatriotas no me vieran, porque si
no, me apedrean el camión cuando me marcho”.
Para detectar a los inffiltrados entre la basura, el grupo
Boluda cuenta con ‘Lucy’ una perrita de cinco años con un
“olfato privilegiado”, comenta Paco, ya que “es capaz de
oler a los inmigrantes cuando entran en el barco”.
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