Ha sido una auténtica realidad con
seis encuentros disputados y seis victorias que llevaron a
España a ser Campeón de Europa.
Y en el camino se ha tenido que enfrentar a equipos débiles,
pero también, a otros que, a priori, parecían invencibles.
Invencible no fue ninguno, cada uno hizo lo que pudo y
España ha logrado, tras 44 años sin lograr nada, ser, otra
vez, Campeón de Europa.
En esta ocasión no se fue con la euforia de otras veces. Se
sabía lo que había, pero también se sabía que un tropiezo
podía dar lo de siempre. En esta ocasión fue diferente. Se
jugó, se venció, la Selección convenció y el título europeo
vino para España.
Es una generación que ya en otras categorías había
demostrado que venía con fuerza, y lo mejor de todo es que
al llegar a la selección absoluta han estado en la misma
línea, sabiendo lo que querían, sabiendo lo que tenían y
conociendo, perfectamente, lo que tenían que hacer.
A partir de ahora viene otra etapa diferente. Desde hoy
mismo ya hay que contar con el Equipo Nacional Español, al
que antes se le respetaba, es cierto, pero sólo a medias,
mientras que desde ahora ya entrará en todas las quinielas
para ser uno de los aspirantes de verdad.
Y con el título ganado, salvo que ahora todos cambien de
opinión, habrá cambio en el artífice de este grupo, con Luis
Aragonés que puede marcharse a Turquía. Algo le puede decir
del Bosque sobre aquellas tierras y es de suponer que le
deseará allí más éxito de lo que él tuvo. Y para que cada
uno sepa por donde tiene que andar, es posible que, también,
Luis le diga cuales son los entresijos de la propia
Federación de Fútbol.
Uno que cree en lo que tiene que creer y que al hablar del
“más allá” siempre habla con respeto, temor y veneración,
ayer no podía por menos de acordarme de nuestro añorado
Emilio Cózar, un hombre que tuvo peso en la Federación y que
estamos seguros de que, desde allá donde esté habrá empujado
un poco también. No olvidemos que él antes de un encuentro
de la Selección fue cuando ya tuvo que ser hospitalizado y
dos meses después moría. Ayer, allí donde estuviera, yo
estoy seguro de que habrá sido uno más de los que estuviera
empujando y además con la bandera de España.
La prensa, volviendo al campeón, se ha hecho eco de todo lo
bueno del grupo. Casi no hubo “cotilleos” de las
interioridades que pudieran romperlo y ha sabido valorar el
hecho de que, por fin, no hubo imprescindibles. Jugó el que
el seleccionador quiso, se quedó en casa quien no reunía
todo lo necesario para estar en el grupo y como los
resultados le han sonreído , a ver quien es el “guapo” que
se atreve, ahora, a hacer su alineación propia.
Hace dos años, tras el Mundial de Alemania, Luis no cumplió
con su palabra de marcharse. Él quería ganar algo y en eso
sí que ha cumplido, totalmente, y lo ha ganado. Ahora, si se
va, se va por la puerta grande y el que venga a reemplazarlo
tendrá el listón demasiado alto para superar esto.
La noche del domingo en España fue larga, una de las más
largas de la historia futbolística. Las terrazas de los
bares hicieron su agosto el día de San Pedro. Los
periódicos, especialmente los deportivos, terminaron el mes
de junio con una gran tirada y las emisoras de radio y las
televisiones sacaron una buen tajada a la competición. Al
final hemos ganado todos, incluso los que políticamente
estaban agazapados pudieron levantar cabeza un rato. Desde
ahora somos campeones de Europa para 4 años.
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