El Gobierno de la Ciudad cumple
ahora un año desde que volvió a obtener una mayoritaria
victoria electoral en las últimas locales. Momento concreto
para hacer un balance de lo hasta ahora realizado y por el
que compareció el presidente de Ceuta, Juan Vivas,
flanqueado por el vicepresidente del Gobierno y por la
portavoz del Ejecutivo.
No es nuevo pero es de destacar las ‘buenas relaciones’ con
la sede gubernamental de la Plaza de los Reyes. Se caen bien
Vivas y Chacón. Justo es el momento en que parecen tomar
ritmo varios proyectos que permanecían a la ‘tonta’ espera
en el andén del bloqueo.
Se sabe y se conoce lo que se ha hecho, pero el futuro es
tan prometedor como desolador si no se adoptan con rapidez,
interés y eficacia medidas económicas evidentemente
necesarias para que Ceuta alcance cotas de competitividad en
un entorno que se le echa encima con ánimo fagocitador.
La reforma del Régimen Económico y Fiscal es una prioridad
para el Gobierno de la Ciudad, pero ¿lo es para el Gobierno
central en estos momentos en los que la ‘desaceleración’ o
‘crisis’ empieza a atar de pies y manos al conjunto de
España?.
El problema es que no hay mucho más tiempo. En 2010 se
producirá el desarme arancelario marroquí lo que dejará, si
España no lo remedia con una acción decidida, a los pies de
los caballos a la ciudad, económicamente hablando. Y esto es
así de real.
La reforma estatutaria es una asignatura pendiente más. Pero
combatir el fortísimo desempleo en Ceuta es también una
prioridad junto con la dinamización de los sectores
productivos.
¿Que hay buenas relaciones con el Gobierno central?, mejor.
Lo importante es que en el umbral en que se encuentra Ceuta,
lo que estaría de más sería una actitud de enfrentamientos y
divergencias cuando lo que está en juego es nada menos que
el futuro de la ciudad para las próximas décadas. De cómo se
hagan hoy las cosas, quedará determinado cómo será la Ceuta
de 2030.
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