Algunos politiquillos del tres al
cuarto, en su afán de protagonismo, quieren convertir a
España en la Babel del siglo XXI, donde no seamos capaces de
entendernos entre nosotros. A las dificultades de
entendernos, por un quítame allá esa paja, añaden ahora la
diversidad de los idiomas, con lo cual aumentan las
complicaciones.
En defensa del español, nuestra lengua, la lengua de todos
los españoles, un centenar de intelectuales ha lanzado un
manifiesto reivindicando su conocimiento y la obligación de
ser el idioma oficial de España por encima del resto de los
distintos idiomas de algunas comunidades. O sea, para
entendernos, que todos tenemos la obligación de habla el
español, aún que cada una de las distintas comunidades
hablen su idioma materno.
Son más de diez mil las adhesiones que se han recibido en
apoyo del manifiesto de estos intelectuales en menos de
cuarenta y ocho horas y loas que te rondaré morena. Porque
aquí, en este fermoso país aún llamado España, le pese a
quien le ese, el español es nuestro idioma y del que debemos
sentirnos orgulloso.
Hoy, en el mundo actual, el conocimiento y el dominio del
idioma español está tan extendido, que es raro encontrar
alguna parte de la Tierra donde no se hable nuestro idioma.
Y, precisamente, en el país más poderoso, cada día, son más
importantes los hispanos parlantes. Tanto es así que en la
elecciones para llegar a la presidencia del los EE. UU se
recurre al español, para tratar de atraerse esos millones de
votos que le pueden dar la victoria.
El desconocimiento del español no es más que un retroceso y
un embrutecimiento de aquellas poblaciones, donde cuatro
politiquillos de medio pelo, realizan una campaña para
evitar que se hable el idioma de todos los españoles.
Sé que pueden llegar a pensar que esos politiquillos no
quieren o no desean ser españoles, queriendo alejarse de
España y buscar la independencia de lo que ellos consideran
su país cuando, realmente, la historia está escrita y
ninguno de ellos ni fue ni ha asido un país, a lo más que
han llegado es a ser un condado perteneciente a un reino. Y
es más, incluso los romanos se negaron a conquistar cierta
parte de España, esa que también presume de ser un país, por
considerar que no estaban ni medianamente preparados
culturalmente para estar al servicio de Roma, no como
esclavos de la misma.
Estos politiquillos, a los que les ciega la ambición y las
ansias de poder, deberían explicarles a sus pueblos, que
obtener la independencia de España, cuando toda Europa se
une, iban a pasar más hambre que un caracol en un espejo.
Abandonados de todos y sin la protección de nadie, porque la
UE no los aceptaría como países independientes, ya me
contarán de qué iban a vivir. Este es otro tema, para un
nuevo articulo, que saldrá a su debido tiempo.
Dice Savater, uno de los intelectuales del manifiesto por la
Lengua Común que: “La discriminación y la imposición
lingüística perjudican a los más débiles”. Lleva toda la
razón del mundo, los hijos de los ricos podrán estudiar
donde quieran y no tendrán problemas.
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