Noche de San Juan en el Chorrillo.
Miles de ceutíes presenciando los fuegos artificiales a lo
largo y ancho de la playa, excepto en la zona acotada por
seguridad.
Mi chico corriendo exaltado por toda la playa y
divirtiéndose a una hora en que tendría que estar durmiendo.
No dejó de darnos quebraderos de cabeza con sus travesuras y
sus intentos de arrojarse al agua, aún vestido. Disfrutó
embobado el estallido multicolor de la pólvora.
Lancha de la Guardia Civil, con luces de emergencia
encendidas, invitando a otros lancheros a alejarse de la
zona de la traca acuática.
Gente que pretende cruzar la barrera de seguridad, vigilada
por abnegados policías locales, y que no se por qué se
vuelven una y otra vez en intentos de cruzarla.
Señoras ya mayores que la cruzan por la orilla y tiene que
regresar ante el pitorreo del resto y chicas jóvenes, con
pinta de porreras y las bragas asomando más de la cuenta
visionando con rotundidad la división de sus glúteos además
de mostrar en sus giros unos incipientes bigotillos
pubianos, insistiendo ante la policía su pretensión de
cruzar la zona acotada y recibiendo la respuesta de la
autoridad que si pretendían cruzarla a la fuerza lo hicieran
a nado fuera de la zona delimitada para defensa de las
medusas.
Familias enteras ocupando la playa con toldos y sombrillas,
tal vez para defenderse de los rayos lunares –no hubo luna,
al menos yo no la descubrí- o de las chispas coheteras, y
cenando suculentas chuletas y olorosos pinchos morunos
mientras otras familias se decantan por las socorridas y
monumentales tortillas de patatas y la gente menuda
metiéndose sin reparos en las aguas tranquilas de la noche
verbenera.
El título de este artículo no se refiere, desde luego a lo
que he escrito arriba. Se refiere a la decisión de los
llamados socialistas renovadores de renunciar a una
situación sin cabeza, pies ni rabos.
Cuando ya pasaron las elecciones generales, eje sobre el que
se basaba el problema, no era lógico seguir con una posición
que a nada conducía. Ha sido cosa de seres muy sabios esa
decisión de renunciar a lo que no debería haber tenido
lugar. Bien por ellos aunque es lamentable que gente como
los mismos dejen el partido.
El PSOE ceutí ha vivido una situación de la que ha salido un
calco perfecto, aunque sin mediación de la Justicia, en el
otro partido pero a escala nacional. Me refiero a la
aventura de Mariano Rajoy y su entorno hostil.
Desde mi punto de vista personal, considero que la
celebración del congreso pepero y su más o menos lógica
conclusión, no deja de ser un escaparate con la pretensión
de atraer a clientes a través de promesas que, lo saben muy
bien, no van a cumplir.
La gente que forma la cúpula pepera jamás de los jamases
podrán ser de centro. Ser de centro es un concepto del que
no tienen ni puta idea. De hecho, las propias declaraciones
de Mariano así lo demuestran. Declaraciones de comerciante
de elixires asombrosos.
Mariano y los suyos exclaman que la situación económica y
social del país es extremadamente preocupante… ¿Porque los
ciudadanos de a pie no piden más hipotecas? ¿Porque los
inversores especuladores no consiguen los beneficios del
cántaro que va a la fuente? ¿Porque los banqueros obtienen
60.000 millones de euros en beneficios anuales y no 200.000?
No creo que se preocupe porque a mí me arruine la situación
económica. No creo que se preocupe de que cualquier
ciudadano no pueda llegar a fin de mes. Estas cosas están
muy lejos de su pensamiento económico.
Lo que sí me preocupa, mi preocupación tal vez no les
importe a Vds., es que los socialistas giren hacía la
derecha en la próxima curva de recesión. Que tuerzan un poco
hacía las significaciones de centro no me preocupa, desde
luego, por cuanto ello conduce a una ralentización de los
ánimos políticos.
Veremos en qué consistirán esas promesas de los peperos de
hacer oposición crítica de manera constructiva. Como no sea
constructiva de sus esperanza por gobernarnos…
|