E stamos celebrando el pase a las semifinales de la
selección española cuando me comunican que la Ciudad ofrece
subvenciones para eliminar barreras arquitectónicas.
Ignoro cómo funcionan las cosas en Ceuta en referencia a la
concesión de subvenciones sobre ese tema de las barreras
arquitectónicas cuando la pura realidad plantea que es una
ciudad totalmente inaccesible para las personas minusválidas
físicas.
La serie de fotos que acompañan el artículo hablan por sí
solas y demuestra la total inutilidad de esa concesión
económica cuando por lógica debe ser la propia Ciudad la que
se encargue de subsanar esas deficiencias urbanísticas sin
necesidad de conceder subvenciones, específicamente para ese
concepto. Y no solamente para los minusválidos físicos si no
también para las personas mayores.
Existen las NTE (Normas Técnicas de la Edificación) con
indicaciones de la obligatoriedad de hacer factibles a las
personas minusválidas físicas los accesos a edificios,
construcciones, etc., y cualquier constructor debe atenerse,
generalmente, a ellas. Con ello quiero decir que deben
intensificarse el control de la concesión de permisos de
construcción, a quién corresponda, para que la misma
contemple todo lo concerniente a la eliminación de las
barreras arquitectónicas. Esto no necesita subvenciones, es
una obligación del Gobierno.
Si el dinero de esas subvenciones es destinado a los propios
minusválidos que las soliciten individualmente, sin
necesidad de ir a manos de asociaciones, para conseguir una
prótesis o una silla de ruedas sería comprensible, pero que
se conceda (tomadura de pelo esa de que no deben sobrepasar
un tope de 4.000 euros presupuestados (?)) a organizaciones
no gubernamentales ya son ganas de liar el meollo de la
cuestión.
Desgraciadamente, en nuestra ciudad y en otras ciudades, las
subvenciones destinadas a los minusválidos suelen
desaparecer en conceptos que no tienen nada que ver con
ellos y los proyectos que se están realizando o que tengan
previsión de empezar en breve... Existen mecanismos
oficiales de control de gestión eficaces que impidan la
utilización fraudulenta de esas subvenciones y no comprendo
que dos organizaciones que no tienen nada que ver con la
auténtica dedicación a los minusválidos traten de encauzar,
supuestamente a través de ellas, la petición de solicitudes
o las denuncias de los ciudadanos.
Con que la Ciudad monte una oficina, específicamente para
estos temas, tendrá perfectamente controlado el mismo si
tenemos en cuenta la realidad de la constitución de muchas
de las calles y pasos peatonales. No es cosa de que
entidades particulares lleven a cabo las supuestas
soluciones a estos problemas.
Por otro lado, en referencia a los minusválidos sensoriales,
no veo a dónde se quiere llegar con la profusión de
intérpretes cuando en nuestra ciudad no existe un registro
real de personas sordas o sordociegas –el número máximo,
supuestamente, de estas personas no llega a veinticinco,
descontando los que vienen del otro lado de la frontera y
que por lógica no tienen por qué beneficiarse de unos
derechos inexistentes para ellos- cuando lo que de verdad se
tiene que hacer es crear y fomentar aulas para enseñanza
real de las mismas CON AUTÉNTICOS PROFESORES y no con
cualquiera que sepa mínimamente el lenguaje de signos sin
poseer estudios ni título alguno.
Según nos informan, a través de la ASOCIACIÖN DE SORDOS DE
CEUTA, se informará en breve (está prevista su reapertura en
el mes de septiembre) de la realidad contractual y de los
medios, formas y gestiones que se deben y pueden realizar
para romper esas barreras de comunicación o, al menos,
buscar auténticos medios de subsanarlas, así como
información de los mejores sistemas para que los
minusválidos sensoriales alcancen su verdadero valor dentro
de la sociedad contemporánea sin tapujos ni falsas verdades.
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