Aun es pronto para evaluar las
reacciones del congreso del Partido Popular en el vecino
país, aunque puedo comentarles que han sido numerosos los
marroquíes (políticos y periodistas) que se han acercado a
cambiar impresiones, de la misma forma que me atienden
cordialmente cuando les interrogo sobre circunstancias
políticas de su país. ¡Que nos hablen a nosotros de
“diálogo”!. Siempre advierto a mis contertulios que mi
visión puede ser un tanto peculiar (soy votante de UPyD, el
partido de Rosa Díez, por creer firmemente en su mensaje
renovador), aun cuando luego unos y otros hablemos a calzón
quitado. ¿Lo que más llama la atención en Marruecos…? Sin
duda la “jubilación” del aznarismo (“José María Aznar ya no
está en política”), auténtica bestia negra para Rabat. ¿Mi
síntesis?. La expongo con franqueza: primero, Mariano Rajoy
ha decidido aplazar la profunda crisis del PP, cerrándola en
falso; segundo, un fortalecido Gallardón solo espera sus
particulares Idus de Marzo para echarse al cuello del
gallego y hacerse con el control de éste “nuevo PP”, parece
que en cierta sintonía con el proyecto para “la nueva
España” de Rodríguez Zapatero; tercero: en cuanto a las
utilitaristas pero execrables palabras de Javier Arenas (“El
11-M no está entre las preocupaciones de los españoles”)…
ahí quedan para la hemeroteca. ¿11-M?. ¡Ni perdón ni
olvido!.
Mariano Rajoy (vuelvo a escribirlo: un excelente técnico al
frente de cualquier ministerio) sigue sin dar la talla, como
durante el vergonzante y penoso debate con un Zapatero
sobrado de razones para mantenerse a la defensiva;
galleguizando su peculiar proyecto político (¿subes o bajas,
paisanín…?) hacia un supuesto y descafeinado viaje al
centro, Rajoy ha preferido consolidarse provisionalmente
como líder zanjando autoritariamente cualquier discrepancia
interna, auxiliado por la demagogia de sus adláteres: “En el
PP caben todos”. ¡Y un huevo de pato!: la oportunista
recuperación política de la hermana del asesinado Miguel
Ángel Blanco, no logra tapar la elocuente orfandad en la que
ha dejado al PP la ausencia de una honestísima y bravía
mujer: María San Gil.
¿Y por aquí, qué?. Nos venden que “el nuevo PP favorece a
Ceuta”. Pues bueno. Por lo que sé de los populares caballas,
mi respeto al talante centrado de Juan Vivas y los suyos se
equipara en desdeñoso desprecio para el auténtico poder en
la sombra del PP, el “núcleo duro”, torpe, dogmático y
sinvergonzón que no cejará en sus intrigas hasta impedir que
Ceuta, ciudad para mí más querida de lo que suponen, pueda
afrontar al fin cruciales decisiones en las que se juega el
futuro de su delicada convivencia. Lo que con suma habilidad
política todavía se puede hacer -¡y es preciso hacerlo!-
solo puede sacarlo adelante Juan Vivas… En cuanto al sentir
de la calle, a estas alturas y vistos tanto el resultado
electoral como los nuevos derroteros del congreso de
Valencia muchos lamentan haber votado al pendoneo ideológico
del PP y sus (¿recuerdan?) “ideas claras”. Por cierto, la
columna del pasado domingo llevaba en su titular el apellido
completo del Presidente de España: Rodríguez Zapatero. Un
lapsus de los duendes de la maquetación llevo a suprimir en
la edición el segundo, dejando a don José Luis con solo el
apellido de su padre. No era esa mi intención. Matizado
queda.
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