Es el punto culminante del año,
visto desde la perspectiva solar. Así se interpretaba esta
época del año analizando una andadura del sol que ha llegado
a su cenit, para desde el día siguiente volver a coger la
ruta menguante.
El solsticio de verano, en esta parte de la tierra que
vivimos, nos trae el verano. Nos trae la época más calurosa
del año, la época del comienzo de la recolección de la mies
y los momentos de la maduración de los otros frutos.
Era el momento, ahora es otra cosa, de hacer acopio de todo
aquello que se iba a necesitar durante el año y si se podía,
incluso, se reservaba algo más, por si acaso la cosecha
siguiente era mala.
Estábamos en otro mundo, estábamos lejos de la
globalización, y del vivir al día para unos y en la
abundancia eterna para otros. El acopio que se hacía no daba
pie al miedo por inflaciones, ni por algo parecido. El
hombre tenía otras perspectivas, o era otro tipo de hombre.
Y está claro que eran unos puntos de vista diferentes en los
que bastaba y sobraba con tener lo imprescindible para
subsistir y para asegurar la manutención de una época
determinada. Luego, Dios proveerá.
No se hablaba de vacaciones, eso es un término reciente, no
se hablaba de subidas o bajadas de hipotecas, ese problema
únicamente pertenece al mundo del consumo, de gastar cuanto
más mejor. Entonces se hablaba de vivir, se intentaba
subsistir. Lo demás estaba en otras categorías.
Y este solsticio del verano de 2008 ¿Qué nos ha traído?. De
momento el final del Congreso del PP, en el que las heridas
grandes parece que se han restañado, pero todavía quedan
algunas, aunque sean más pequeñas, que van a seguir
supurando, con todo lo que eso conlleva para el devenir de
la política de este país, si es que se quiere seguir con dos
grandes partidos, alternándose en el poder.
Y es que el movimiento de un grupo del PP en el País Vasco
ha hecho mucho ruido y no sabemos si también permitirá
recoger a esos mismos todas las nueces que ellos quieren
tener, pues el hecho de que María San Gil no haya entrado
por la línea oficialista de Rajoy va a hacer que varias
grietas tengan dificultades para ser restañadas como es
debido.
Es cierto que no se ha quedado dormido Mariano Rajoy, que ha
sabido tirar de una persona muy valorada en todas las
esferas del partido, como es la hermana de Miguel Ángel
Blanco, pero aún con todo y eso la situación termina sin
haberse cerrado todos los frentes que se abrieron en los
últimos meses.
Mala cosecha se presenta si definitivamente no se aúnan
voluntades y la historia le pasará factura al PP, y a todo
el país, si el propio PP no es capaz de mostrarse totalmente
unido y serio en unos momentos en los que el Gobierno pasa
por situaciones complicadas, por los movimientos que se le
están presentando las últimas semanas.
Si el PP, tras este Congreso, sigue con sus capillitas o sus
reinos de taifas, le estarán poniendo en bandeja al PSOE
gobernar otros 20 años más, mientras que si aparece firme y
seguro el partido de Rajoy le pondría en aprietos al
Gobierno de Zapatero cuando escasamente llevamos tres meses
de legislatura, y los problemas le van surgiendo por todas
partes. Hace falta sensatez en vez de hambre de poder.
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