La Ciudad Autónoma concederá, a través de la Consejería de
Asuntos Sociales, subvenciones a personas y a organizaciones
no gubernamentales sin ánimo de lucro para la eliminación de
barreras arquitectónicas, aquellos elementos urbanísticos y
edificatorias como escalones pronunciados que impiden la
movilidad de aquellas personas que se desplacen en sillas de
ruedas o que se apoyen en muletas para caminar. La cuantía
ascenderá como máximo a 50.000 euros, ya que las peticiones
concretas no deberán sobrepasar los 4.000 euros
presupuestados. El plazo de presentación de solicitudes
expira a mediados de julio.
Cada día una veintena de residentes en Ceuta con algún tipo
de minusvalía física se encuentran con varios obstáculos en
su camino. Estos ceutíes que necesitan de una prótesis o una
silla de ruedas para desplazarse sufre de alguna manera las
deficiencias de la configuración arquitectónica de su
entorno, puesto que el crecimiento de la urbe se lleva a
cabo en ocasiones sin echar un vistazo sobre plano pensando
en este colectivo: escalones, ausencia de ascensores para
permitir la comunicación entre las distintas plantas de un
edificio, rampas de acceso con más de siete metros de
longitud por tramo de ascenso y hasta con una pendiente de
más del tres por ciento permitido.
Para erradicar a título particular estos elementos que
obstaculizan el desplazamiento de las personas en silla de
ruedas, el Gobierno autonómico anunció a tras del boletín
Oficial de Ceuta la convocatoria para la concesión de
subvenciones. Las ayudas, que serán canalizadas a través del
área de Asuntos Sociales, sumarán un monto de 50.000 euros,
si bien en cada uno de los casos concretos la cifra no debe
ser superior a 4.000 euros. El plazo de cierre de estas
solicitudes será a mediados del próximo mes de julio.
El Ejecutivo local informó en el citado boletín que la
cantidad monetaria irá destinada a proyectos que ya estén en
fase de ejecución o que tengan como previsión empezar los
trabajos en breve. Se indica además que de la subvención
aprobada se abonará el 75 por ciento al comienzo de la obra,
mientras que el 25 por ciento restante se abonará al final
de la actividad, una vez se justifique la aplicación de la
subvención al proyecto de mejora de las instalaciones.
Barreras en el exterior
La dificultad más frecuente para las personas con
discapacidad es desplazarse fuera del hogar. Esta limitación
afecta a más de la mitad de las personas con discapacidades
que tienen entre 6 y 64 años y a más del 65 por ciento de
los mayores de esta edad en la localidad. La normativa de
Ceuta en materia de supresión de barreras arquitectónicas
concibe la accesibilidad arquitectónica y urbanística como
“un derecho básico para las personas con algún tipo de
minusvalía física”. Esta normativa autonómica, que define
las barreras arquitectónicas como las trabas u obstáculos
que limitan la libertad de movimiento del ciudadano, marca
las pautas para la edificación de espacios en los que
personas con minusvalía física puedan desplazarse con
libertad, sin encontrar ningún tipo de obstáculo a sus
movimientos. Por eso, el reglamento no sólo se centra en los
exteriores urbanos, sino que abarca también desde los
edificios públicos, centros sanitarios y asistenciales,
estaciones ferroviarias y de autobuses entre otras zonas.
Deficiencias en la ciudad
Y es que los escalones en las aceras y la falta de rampas de
acceso en los edificios públicos no son las únicas barreras
que existen en la ciudad: faltan semaforos con sonido para
que las personas ciegas puedan cruzar con seguridad; no hay
timbres con luces que permitan a los ciudadanos sordos
percatarse de que alguien demanda la entrada desde el otro
lado de la puerta; rampas con un grado de ascenso inferior a
ese cuatro por ciento que permite la nueva Ley de
Edificación; ascensores cuya entrada, por lo reducido de sus
dimensiones, no permiten un giro de 360 grados de una silla
de ruedas, una previsión que ya está tipificada para las
viviendas y locales públicos en proyección desde mayo del
pasado año, así como un largo etcétera de inconvenientes que
se pasan por alto desde las administraciones, y que las
organizaciones sociales se encargan de recordar
periódicamente. ACEPAS y CJCE gestionan un blog digital (http://porlaaccesibilidaduniversal.blogspot.com)
y trasladarán a la Administración las denuncias de los
ciudadanos sobre falta de accesibilidad.
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Las barreras arquitectónicas afectan a todos en algún
momento
Las personas que se mueven en
silla de ruedas son los primeros en padecer el diseño poco
meditado de los espacios en cuestión de barreras
arquitectónicas. Pero no son los únicos, ya que cualquier
persona cojea en algún momento de su vida por una lesión
temporal -o llega cargado de la compra en el supermercado-
sin olvidar que es mucho más práctico usar el ascensor
cuando es necesario subir el carrito del bebé hasta la
tercera planta de la vivienda. Además, también se debe
prestar atención a las personas mayores, ya que España ha
experimentado desde el año 2000 uno de los procesos de
envejecimiento más rápidos en el continente europeo. Para
adecuar el entorno a estas personas, la normativa estatal
deja claro cuáles son las medidas en el diseño con el que se
previene la limitación de movimientos.
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