Hay un refrán muy español que dice
que, después de la tempestad viene la calma, y eso creo que
ha de ser lo que suceda en el PP, tras el Congreso de
Valencia, al que habían sucedido unos movimientos
excesivamente complicados y movidos por personas de peso que
no tuvieron tino en la elección del momento.
Ha pasado el tiempo, las turbulencias parece que se calmaron
y en las vísperas del Congreso, Rajoy, que ha mantenido el
tipo cuando le azuzaron por todas partes, ha dado los
nombres de los que van a estar más cerca de él, de su equipo
para ganar las próximas elecciones.
Se especuló mucho con el nombre de quien sería el secretario
general, una vez que Ángel Aceves ya “ se marchaba”, y ni
prensa, ni radio, ni observadores políticos dieron en la
diana.
Rajoy estaba trabajando y no dejó ningún tipo de filtración,
con lo que al dar el nombre de María Dolores de Cospedal, en
todos los círculos se han quedado parados, y no por
menospreciar la valía de Cospedal, sino por no haber
sospechado por donde iban los tiros.
Puede ser una buena secretaria general, en unos momentos en
los que hace falta temple, para oponerse al “talante”
devaluado de la otra parte.
Cospedal está bien vista en todas las esferas del partido.
Ha estado en la Comunidad de Madrid donde dejó un buen
cartel, y ahora es la presidenta del PP en Castilla la
Mancha, donde va a seguir trabajando con el fin de en las
próximas autonómicas poder ser la aspirante a presidenta de
esa Comunidad Autónoma, en la que ha dominado y domina el
PSOE.
Cospedal es madrileña, licenciada en Derecho y abogada del
Estado desde 1991, con un primer destino en el País Vasco.
Esta ha sido la sorpresa, pero la sorpresa agradable para
los seguidores del PP.
Y quien tiene que dar la cara, en las duras y en las
maduras, como portavoz del PP será González Pons.
Aquí no ha habido tanta sorpresa, en la persona, que estaba
llamado a ostentar un alto cargo en el nuevo equipo de Rajoy,
tras una andadura política llena de éxitos, como en las
últimas Elecciones Generales al vencer claramente en
Valencia a la mismísima vicepresidenta del Gobierno.
González Pons tiene tablas, de sobra, en esta función, pues
no olvidemos que ya ha sido portavoz del PP en el Senado. En
estos momentos es diputado por Valencia y desde hace tiempo
estaba claro que en esta legislatura iba a dar mucho que
hablar y bien.
Y como Rajoy quiere tener controlado todo, para que no haya
fisuras en el partido, ha elegido a Ana Mato como
vicesecretaria del Organización, en tanto que el
vicesecretario territorial será Javier Arenas, un peso
pesado del partido que está muy bien visto por todos los
sectores.
Ahora mismo, pues, Rajoy se ha atraído, aunque parezca
mentira, a Madrid, a Valencia, que nunca estuvo en contra, a
Castilla la Mancha, y el respaldo en el Congreso, salvo
sorpresas de última hora, será grande.
Y llegados a este punto hay que decir que, buena falta hacía
este lavado de cara a un partido que había ido perdiendo, en
los últimos meses, el sentido de seriedad que siempre tuvo.
A partir de ahora, con las ideas claras y sin quintas
columnas el objetivo será trabajar para ganar las próximas
elecciones, algo que es factible salvo que alguien ponga
trabas desde dentro.
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