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OPINIÓN - DOMINGO, 22 DE JUNIO DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

¿Entonces a qué se llama crisis?
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Ya hemos visto el contencioso que mantuvo en vilo a funcionarios de Ministerio de Justicia y a la propia Administración, después de dos meses de huelga, así como la paralización de trámites de más de cuarenta mil expedientes judiciales. Luego están, como consecuencia de la resolución del conflicto de los funcionarios de Justicia que reclamaban su equiparación salarial con sus compañeros de las Comunidades Autónomas, la decisión de la Policía Nacional y Guardia Civil de emprender la lucha para conseguir una homologación respecto a otras policías autónomas (en estos casos el agravio comparativo es aun mayor ya que la diferencia de sueldo supera los 500 euros mensuales según datos de los sindicatos). Recientemente los movimientos huelguistas de transportistas y agrarios por el incremento del precio de los carburantes; el aumento de precios de la compra de alimentos de cada día; la subida del suministro del fluido eléctrico; el anuncio del Gobierno de la contención del gasto, empezando por los salarios de los funcionarios; el incremento desmesurado del paro; la duda respecto de si será viable el sistema de pensiones en ejercicios venideros; o sea: una ingente cantidad de situaciones desfavorables por lo que a cuestiones económicas se refiere, que llegan a producir la inquietante situación actual de la economía española.

A todo ello, por parte del presidente del Gobierno se denomina la situación como “que son dificultades y problemas por los que atraviesa la economía española” y que, poco menos, no hay que tener preocupación ya que “España goza de importantes activos para intentar que la recesión sea lo mas corta posible”, cuando según el diccionario de la lengua española, se le llama crisis a, como venimos notando, “un cambio brusco -a peor- de una enfermedad” –la que padece nuestra economía-, “al haberse producido, también, una mutación importante en el desarrollo del proceso”, “el momento decisivo de un negocio” y a una “situación dificultosa y complicada” como la de nuestros actuales parámetros económicos”.

En Ceuta, según hemos conocido por nuestro periódico, la plataforma sindical de la Administración General del Estado, se concentrará ante la Delegación del Gobierno el próximo día 26 para reclamar retribuciones justas, así como la negociación del desarrollo del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) y la aplicación de la jubilación parcial de los empleados públicos” siguiendo una campaña de concentraciones y movilizaciones, junto al resto de las comunidades de España. Todo ello con respaldo de las centrales sindicales mas representativas (U.G.T., CC.OO y CSI-CSIF).

Cuanto comentamos, nos lleva a convenir que por las consecuencias del crecimiento cero de nuestra economía, del estancamiento de la misma, la bajada del consumo y, consiguientemente, de los ingresos del Estado, la propuesta de congelación de salarios principalmente de los funcionarios públicos, el crac que se está produciendo en las empresas urbanísticas y, por ende, de las que inciden en el sector (carpintería, cerámica, cementos, etc.), el descontento de los empleados del Estado, de las empresas de transportes, de la agricultura, el temor de los pensionistas ante la inseguridad del cobro de sus pensiones, etc., queramos o no, ha creado una verdadera “crisis” y, si no es así, entonces ¿como llamamos a esta grave situación económica y, a la vez, social en que nos encontramos?
 

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