El servicio 061 recibió a las doce del mediodía de ayer una
llada de real urgencia. Un hombre de 45 años recibió “casi
un centenar de picotazos de abeja en todo su cuerpo” tras
ser atacado por un enjambre en la barriada de Zurrón, cerca
del Centro de Alzheimer de la Avenida Ejército Español y en
las proximidades de una vaguada. Dos voluntarios de la
organización Cruz Roja acudieron casi al instante para
socorrerlo fueron también atacados, luego fueron trasladados
a Urgencias del Hospital Civil al igual que la primera
víctima. De la pareja de voluntarios se temía por la
integridad de una de ellos, debido a su condición de
alérgica a las picaduras de abeja, mientras que el sujeto
que recibió el centenar de ellas estuvo en observación
durante la tarde y, finalmente, salió sobre las diez de la
noche, tras recibir un tratamiento de corticóides, según
informaron fuentes del Ingesa.
Un vecino vió a la principal víctima caminando junto al
arroyuelo y “agitando las manos en el aire, además de
haciendo el intento de escapar de algo”. Los dos voluntarios
acudieron al auxilio tras efectuar la reglamentaria llamada
al 061, mientras las abejas se dispersaban por la zona,
llegando a entrar en el portal de una vivienda un nutrido
grupo de ellas. En ese momento llegó un camión de bomberos
con cuatro personas, de las cuales dos se vistieron con el
traje correspondiente para evitar las picaduras de las
abejas, “que estaban muy agresivas”, según indicó un
operario de este cuerpo desplazado al lugar de los hechos.
Acto seguido y con una manguera, comenzaron a pulverizar
agua, con el fin de aturdirlas, mientras otros dos se
afanaban en buscar la colmena. Este no fue encontrado, así
que se limitaron a capturar a un gran número de ellas,
insertándolas en una caja para llevárselas. “Seguramente la
abeja reina está dentro de la caja de seguridad”, indicó uno
de los bomberos, “así que el resto de las que no han sido
capturadas siguen dando vueltas por la zona en busca de ella
y no saben dónde meterse”, sentenció. Minutos antes, un
vecino prendió fuego sobre las que entraron en el portón.
Alta para los tres
Mientras el primer afectado por las picaduras de las abejas
seguía bajo vigilancia médica a última hora de la tarde, los
dos voluntarios de la organización Cruz Roja fueron dados de
alta en pocos minutos, una vez tratadas sus afecciones. El
caso de la joven voluntaria fue tal vez más delicado que el
de su compañero, ya que padecía de alergia. Sin embargo,
tras el suministro de un antiestamínico recobró la
normalidad, al igual que el afectado por el centenar de
picotazos, que salió finalmente a la calle sobre las diez de
la noche tras recibir corticoides para rebajar los edemas.
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