Por un motivo o por otro, la Costa
del Sol no deja de estar en candelero, pero los
acontecimientos que la están trayendo a las portadas de la
prensa y a los comienzos de los telediarios, no son los más
loables para dar fama a esa zona que se ha hecho célebre por
la “vía del pelotazo”.
Lo de Marbella traspasó todos los límites imaginables, las
consecuencias han sido, eso sí, mucha publicidad, detenidos
los más tontos y algún listo, pero los euros no se han
devuelto, que sepamos.
Y ahora toca a Estepona, otro de los feudos del Gil y cuya
herencia parece que la han recogido otros. Al Gil,
posiblemente con razón, se le criticó mucho, porque había
comenzado la ruta de hacerse ricos, en poco tiempo, pero la
lección del Gil la aprendieron otros, de unas siglas
honrosas, y que saltándose a la torera siglas e ideologías,
muchos dijeron:” maricón el último”, y todos, cada uno por
su parte, fueron en busca del botín que suponía un cargo de
responsabilidad en el Ayuntamiento, un constructor amigo o
conocido, unos terrenos que recalificar, por las buenas o
por las malas, y una urbanización nueva, donde debiera haber
un parque de recreo. Aquí todo el que va tocando sillón,
toca, también, pelo, lo que se traduce en euros.
En Estepona, andan ya por los 25 detenidos, incluido el
alcalde, que pertenecía al PSOE y que creo que con esta
movida le han largado del partido ¡¡A buenas horas, mangas
verdes!!. El daño está hecho y las siglas del PSOE, aunque
nada tenga que ver el partido, ahí están.
Y no ha sido sólo el alcalde, puesto que otros cuatro ediles
más, del equipo de gobierno, también están arrestados.
Y como este tipo de tramas no se fraguan en torno a una mesa
camilla, sino que tienden sus ramificaciones, formando una
tela de araña larga y tupida, pues las detenciones, además
de en Estepona, también, se han efectuado en Madrid,
Córdoba, Bilbao, y San Sebastián.
Así las cosas, trabajo extra para la policía, con registros
domiciliarios, registros de sociedades, prohibición de
enajenar bienes, bloqueos de cuentas ..., algo ya común en
determinadas zonas, en las que la construcción y las
recalificaciones han sido el gran invento de unos, el
enriquecimiento de otros, y la vergonzonería de este país.
Y mientras tanto el presidente de la Junta de Andalucía
asegura:” en mi partido, tolerancia cero ante cualquier tipo
de corrupción”. Lo malo del caso es que esa gran corrupción,
una de ellas, la de Marbella, y ahora esta en Estepona, se
han dado en la Comunidad Andaluza, que antes y ahora estaba
regida por el PSOE, y que en el caso de Marbella hubo quien
lo quiso justificar como un entretenimiento de Gil para no
meterse en otros asuntos. Ahora, sin embargo, ya no está
Gil, ni tampoco está el Gil y la corrupción parece que
sigue.
Desde la otra acera, desde el PP, Javier Arenas habla de
“falta de control”, por parte de la Junta, en la política
urbanística.
La operación “Astapa” ha dado que se investiguen delitos de
cohecho, tráfico de influencias, prevaricación y blanqueo de
capitales. En estos momentos la primera pregunta que se nos
ocurre es esta ¿Varía algo, salvo el lugar, de lo que fue,
es y seguirá siendo la operación Malaya?. Los resultados
faltan por saberse, pero las trazas son parecidas.
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