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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 18 DE JUNIO DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Llegó la selectividad
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Y con ella todo tipo de especulaciones y de estadísticas, aunque mirando unos intereses que pocas veces son auténticamente intelectuales.

A lo largo de los muchos años que llevamos ya en la docencia, hemos visto, precisamente en esta época, todo lo que puede verse antes de unos exámenes que se consideran vitales para el futuro de los jóvenes que se están examinando.

Sin embargo, creo que pocas veces se es objetivo al analizar este tipo de pruebas, que sirven para que el que las pase pueda entrar, entre otras cosas, en la Universidad, pero que no garantizan ningún tipo de futuro ya asegurado.

Y luego vienen otros problemas, que todavía tienen una base más pícara, como pícaras son las actuaciones de relumbrón en nuestras tierras, y es aquello de inflar unas notas, para que luego el que se examina, con esa serie de sumas que hay, y pocas o ninguna resta, pueda pasar la prueba mejor.

Lo de inflar las notas es una “trampa” que se ha dado desde tiempo inmemorial en determinado tipo de centros que querían mantener su clientela, esto es alumnado, que pagara bien, para así mantenerse mejor. Con esto, es curioso, había examinandos de primera división y los había de regional, dándose la circunstancia de que algunos de los de 2ª, intelectualmente, tenían una base más sólida que aquellos que se presentaban con el traje de última moda, porque papá tenía dinero para el traje y para que el”nene” estudiara donde “se calificaba más alto”, pero lo que nunca lograban era cambiar la mentalidad del chaval.

Y esto no ha terminado. Recuerdo que el pasado año, en esta misma columna, recogíamos unas impresiones salidas desde la Facultad de Medicina de Salamanca, donde se quejaban de que dicha Facultad estaba casi repleta con estudiantes que no eran de aquel distrito universitario, porque en algunas zonas cercanas tenían la “sana costumbre” de calificar alto a los alumnos que luego, en la nota final, cuando se pedía una determinada puntuación los salmantinos se quedaban fuera o tenían que ir a otros distritos, mientras llegaba la invasión de zonas limítrofes a estudiar Medicina a Salamanca.

El alboroto que se armó, especialmente en los medios de comunicación, fue grande y más al ver que eso aparecía en un periódico, que no era de la zona, sino de Ceuta, que dista más de 600 kilómetros de la ciudad charra. Pero es así y así, parece que, seguirá en muchas partes.

Con estas perspectivas y dejando de lado lo anterior, como mera anécdota, que habla por sí misma, lo que deben saber quienes se están examinando ahora de la Selectividad es que están dando un paso más, que salvando eso no se les han cerrado ciertas puertas, pero que tampoco les abre de para en par cualquier camino, porque ayuda, es necesario, pero luego habrá que salvar otros muchos pasos que vienen más tarde.

Es el problema de la competencia, una competencia necesaria, pero una competencia que sólo será legítima si todos tienen las oportunidades cortadas por el mismo rasero. Si no, la competencia es desleal.

Y ahora que tanto se habla de la paridad, veo una nota en la prensa del lunes en la que se dice que el 60% de los aspirantes a selectividad son mujeres. Espero y deseo que se quede sólo en eso.
 

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