Una caminata por la dársena deportiva del puerto descubre en
estos días de verano el gran número de personas que pasan
las horas tomando el sol sobre la cubierta de sus
embarcaciones, amarrada en los brazos de la instalación que
gestiona Mahersa. Estas personas, ceutíes en sus mayoría ya
que de los 423 amarres 389 son ocupados por yates y veleros
locales hacen de su embarcación con el buen tiempo su
particular hábitat casero para leer un libro, preparar los
enseres para una tarde de pesca o, simplemente, tomar unas
cervezas con un matrimonio amigo. Llevan a la práctica una
modalidad de esparcimiento vacacional típico de una ciudad
con sangre marinera sobre la tarima de sus pequeños yates,
“pero el puerto deportivo podría ofrecer aún más si tuviera
otras instalaciones más enfocadas al turismo o al
visitante”, según comenta el director de la empresa que
gestiona la dársena -Mahersa, Emilio Barranco.
Al director de Marina Hércules se le ha ocurrido la idea de
alzar, dentro de esta instalación portuaria, un edificio de
planta rectangular en el que se concentrarán un centro
comercial, nuevas instalaciones de uso náutico y deportivo,
así como dos restaurantes más, dos cafeterías, una tienda de
venta de embarcaciones, otra de repuestos náuticos y una
agencia de viajes. Barranco y el titular de la Autoridad
Portuaria, José Torrado, coincidieron en que este proyecto
de ampliación de la actividad comercial en la zona náutica
está avalada por una cláusula en el concurso público que
ganó Mahersa en 2006 para explotar la dársena deportiva.
Así, sobre una superficie de tierra de unos 2.700 metros
cuadrados se alzará un edificio de planta rectangular que
llegará desde la entrada a la dársena por el Poblado
Marinero hasta las inmediaciones del puente de Cristo,
paralelo a los aparcamientos. En él se contendrán unos 35
locales comerciales relacionados con la actividad marítima,
mientras que la parte alta será una zona de esparcimiento,
con vistas a la bahía norte y en pleno centro de la ciudad,
que lo convertirán en un puerto marítimo civilizado y de
calidad”, según afirmó Barranco. Los trabajos “comenzarán en
septiembre”, para los que ya ha entrado en contacto con
“cuatro empresas de construcción de la ciudad y una
foránea”, y se conseguirá que este espacio se acerque a la
apariencia de un puerto deportivo como el de Sotogrande en
Cádiz o, incluso, Puerto Banús en Marbella.
Actualmente, el puerto deportivo no presenta más atractivo
que un chiringuito en el que tomar copas, luego ganará en el
reclamo de un turismo extranjero que cruza el Estrecho con
su propia embarcación para conocer Ceuta. “Estamos en
sintonía con los poderes públicos sobre la intención de
atraer al sector turístico dándole al puerto una nueva
imagen”, expresó Barranco”, que agregó que “a la imagen de
un puerto moderno se suma la de zona de recreo para incluso
para aquellas personas que no cuenten con un barco en
propiedad. “Este nuevo edificio tendrá una serie de locales
comerciales que cubrirán una amplia gama ofertada al sector
turístico”. Pubs, restaurantes de alta cocina en la degustar
la gastronomía de distintos países, una tienda de ropa
surfera, una heladería, repuestos náuticos, e, incluso, de
venta de barcos, además de una amplia terraza en la cubierta
de este bloque de cemento, con “todas ls comodidades y
medidas de seguridad”. “Lo que se pretende es convertir al
puerto deportivo en un punto de interés turístico nacional e
internacional con el que atraer a un número de visitantes
creciente que favorezcan el desarrollo económico de la
ciudad”, aseveró Barranco.
Otro de los puntos de cambio en las instalaciones de la
dársena deportiva será la construcción de una zona de aseos
nuevas, “además de nuevos baños y duchas, puesto que hemos
heredado una cosa que estaba mal y, tanto con el uso como
con el mal uso, se han ido estropeando”.
Sistema de hibernación
Si en mayo del 2007 llegaron a los amarres 78 embarcaciones
foráneas, tras el cierre del mismo ejercicio en 2008 ha sido
de 173. A este incremento en la demanda de amarres “deben
aplicarse fórmulas de aprovechamiento del espacio”. Esta
necesidad condujo a pensar en una novedad, el denominado
sistema de hibernación, que consiste en el almacenamiento de
embarcaciones varadas, “aquellas que se usan sólo en un
determinado momento del año”, y que se guardarían en unos
espacios en alza, como si de una litera se tratase. Los
veleros y yates quedarían apilados en compartimentos
estancos en altura, con el fin de “aprovechar mejor el
espacio para dar salida a las necesidades de amarre en el
puerto de Ceuta”. Actualmente, Mahersa ya está en
conversaciones con empresas de la Península para la
construcción de estas estanterías, y tanto la varada como la
botadura sería gratuita durante un número fijo de estas
operaciones.
Curso de vela para niños
La ausencia de un acceso al mar en el Club Náutico y la
“falta de comunicación” con los amarres del puerto deportivo
amenazaban con dar al traste otro verano más con los cursos
que el club impartía a los niños, con la colaboración de la
Federación de Vela y el ICD, hasta hace un par de años. El
CAS pidió el uso de un amarre en la dársena de Mahersa “para
evitar que los niños salgan al mar desde las peligrosas
escolleras”, junto a una zona de almacenamiento de las
embarcaciones ligeras para hacer las prácticas, una zona de
botadura y otra para dar las clases teóricas, además de dos
amarres. Debido a esta “confusión” en las competencias de
cada entidad, unos veinte pequeños caballas se perdieron la
posibilidad de aprender el arte de manejar una embarcación
de vela las dos últimas ediciones. Así lo manifestó el vocal
de Vela del CAS, Renato Pulido, que ayer tuvo una respuesta
a esta inquietud de boca del gerente de Mahersa, Emilio
Barranco. “El ICD nos pidió dos amarres y sitio para
almacenar las embarcaciones, y así será”. Además, Barranco
apuntó que se instalará una rampa especial para varar las
embarcaciones de menor peso.
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