El número de varamientos de la mayoría de especies animales
marinos en las costas de la ciudad ha continuado constante
durante esta primavera aunque la aparición de dos zifios, un
tipo de cetáceo poco conocido que alcanza entre los cuatro y
los diez metros, ha supuesto una excepción para el número
normal de este tipo de gigantes que llegan muertos o quedan
atrapados en las bahías caballas. El veterinario municipal,
Álvaro García De los Ríos, que se encuentra actualmente
representando a Ceuta en un foro de zoología marina en las
Islas Canarias, quiere investigar las muertes de ambos
animales por si pudiera deberse al uso del sónar por las
maniobras militares: “Cuando regrese quiero examinar el oído
interno de ambos ejemplares porque la muerte de este tipo de
animales puede deberse a la desorientación que les produce
la contaminación acústica”.
También han aparecido varias tortugas laúd, una de las
especies emblemáticas de las aguas ceutíes: “El número de
apariciones en las costas y playas ha sido similar al de
otros años, sin embargo se cree que la presencia de estos
animales ha descendido”. Esto significaría que el porcentaje
de arribamientos a las costas habría aumentado en porcentaje
con respecto al total de tortugas.
Para las fechas estivales existe preocupación por la posible
reactivación del morbilivirus, que provocó el año pasado una
gran mortandad entre los cetáceos con la muerte de seis
calderones y de más de 20 delfines listados. La epidemia
quedó controlada y desapareció durante el anterior verano
pero podría reaparecer con las altas temperaturas.
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