Sr. Director:
Con sus luchas de poder internas, el PSOE está encantado, la
oposición, salvo excepciones, lleva desactivada tres meses,
mientras la economía española cae en picado y las huelgas
aumentan en número y violencia.
Hace unas semanas, el PP presentó a debate 114 medidas para
reactivar el empleo y salir de la crisis -perdón por el
término, reconozco que soy un antipatriota- y todas fueron
rechazadas.
Zapatero vivió muy bien de las rentas dejadas por Aznar, fue
advertido de la desaceleración, pero siempre se negó a
reconocderla. Nos quiso engatusar con el “regalo” de 400
euros, que al final, sólo cobrará una parte de los
trabajadores, precisamente, los de más rentas, y eso que los
socialistas siempre se presentan como el “partido de los
pobres y los trabajadores”. Pura demagogia.
La ponencia económica del XVI Congreso del PP, tratará de
recuperar la política de hidráulica y de trasvasespara todas
las regiones, no sólo para las que votan al PSOE, como
ocurre actualmente. Buen momento para que el PP aclare su
liderazgo y salga de la desactivación parlamentaria en que
se encuentra.
Tampoco estaría de más discutir el equilibrio presupuestario
entre regiones: cada habitante de Cataluña recibe al año 612
euros frente a 544 de cada andaluz.
El Gobierno de Zapatero se encuentra actualmente sin
oposición pero con huelgas generalizadas en varios sectores
debido a la brutal subida de los carburantes, de los que se
beneficia a modo de impuestos éste Ejecutivo de un 75 por
ciento, además de una improvisación de ideas para combatirla
que es un auténtico escándalo. Como la oposición está
callada, ahora no escuchamos a José Blanco decir eso de la
crispación y la derecha extrema. Eso, al menos, nos
ahorramos.
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