La manzana sí. La manzana no. ¡Ay
manzana mía de mi corazón. El asunto de la manzana es como
cuando un enamorado coge una margarita y empieza a quitarle
hojas preguntando “¿me quiere, no me quiere?”. Hay tantos
enamorados de la manzana, esperando la decisión final que se
está pareciendo a la manzana del Paraíso. No, precisamente,
por el color, que las manzanas son verdes y está es blanca
sino, más bien, por el bocado que se le pueda pegar. Y, ahí
está el quid de la cuestión, quién se llevará el mejor
bocado. Porque, desde luego, el que no le dé ni un pequeño
mordisco ese sale del Paraíso echando leches.
La venta de terrenos de la manzana a empresas privadas la
inicia, ese genio de la política ceutí que es Aróstegui,
siendo continuada, su magnifica venta, por el GIL. Hay que
reconocer, porque es justo hacerlo, que esa venta de
terrenos de nuestro patrimonio en el mismo corazón de la
ciudad fue genial. A igual que fueron geniales lo que
tuvimos que pagar, saliendo del bolsillo de todos los
ceutíes, por las playas ratifícales y Ciudad Limpia. ¡Que
maravillosa gestión
la realizada por este incomparable político. A veces, en
cada elecciones celebradas, pienso en las razones qué tendrá
el pueblo te Ceuta, para no querer contar con éste eminente
político. No saben lo que nos estamos perdiendo.
Me gustaría qué alguien me diera una pequeña explicación de
quién está pagando la obra de Álvaro Siza. Porque si resulta
que la estamos pagando todos los ceutíes y le estamos
adecentando y acondicionando los terrenos de la Sociedad con
ese dinero pues lo más normal es que, esa Sociedad, nos
pague lo que ha costado realizar esas obras en sus terrenos.
Desde mí particular punto de vista, lo he escrito en varias
ocasiones, la decisión que tomaría dado que, al parecer, la
sentencia me deja una puerta abierta para poder realizarlo,
dando igual lo que opinen o dejen de opinar, era sin más
dilación expropiar.
Expropiaría de la siguiente forma. Cantidad que se pagó por
esos terrenos cuando se compraron, más los interese
devengados por el paso del tiempo y restando el dinero
invertido en las obras realizadas en esa parcela no
perteneciente a la Ciudad, asunto concluido. Como decía la
sabia de mí abuela: “muerto el perro se acabó la rabia”
Y pueden tener por seguro, que si fuese el presidente de la
Ciudad y contase, como parece ser con esa vía que me deja la
sentencia, no iba a durar ni un sólo segundo en tomar la
decisión.
Lo que nunca haría es eso de estar pagando un alquiler con
derecho a compra. Eso sería una sangría que difícilmente se
podría soportar.
Que quede claro que es sólo una opinión personal e
intransferible y que, como todas las opiniones, merecen un
respeto. Qué se tenga o se deje de tener en cuenta, eso es
algo que me trae sin cuidado. Cada uno es libre de opinar lo
que le venga en ganas, siempre dentro de las reglas del
juego. Y si algunos, como Adán, pensaban darle un bocado a
la manzana, se iban a hacer polvo la dentadura con la
cantidad de hormigón que tiene. ¡Será por manzanas!
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