Juan Vivas sabe que el
mejor sitio para instalar el nuevo Mercado Central de
Abastos sigue siendo los bajos de la Manzana del Revellín.
Mas nunca pagando un precio abusivo. Una cifra de dieciséis
millones de euros que haría felices a muchas personas pero
que repercutiría gravemente en la tesorería municipal.
De modo que el presidente no ha tenido más remedio que
negociar con los propietarios de la parcela acerca de cómo
llegar a un acuerdo que dejara contentas a ambas partes y,
de paso, demostrarles a los ciudadanos que de los dineros
invertidos en el alquiler, con derecho a compra, no saldrían
comisiones extraordinarias para pagar los servicios de
ciertos personajes.
Y, tras muchos titubeos, Vivas ha decidido echarle un órdago
a la grande, aunque pactado, a los propietarios de la
parcela. Así, jugando ambas partes con las cartas marcadas,
hemos presenciado estos días un cruce de declaraciones que
son pruebas evidentes de que muy pronto veremos cómo se
vuelve a decir que, por arte del buen entendimiento y del ya
tan cacareado interés general, el Gobierno de la Ciudad y la
Manzana del Revellín, S.L. han conseguido el mejor acuerdo
para que el mercado ocupe sitio en el edificio de la
manzana.
La jugada no le habrá gustado mucho a Pedro Gordillo.
Porque es persona muy activa y dispuesta siempre a
solucionar los asuntos con celeridad. Todo lo contrario de
Vivas; quien es capaz de idearse proyectos con facilidad
pasmosa y luego le cuesta lo indecible convertirlos en
realidad.
Cierto que Gordillo es todo emocionalismo. Mientras Vivas es
calculador y jamás se deja llevar por esa vehemencia que a
veces se apodera del primero. Lo cual está muy bien que sean
tan diferentes. Por ejemplo, a Vivas nunca se le habría
ocurrido decirle a Aróstegui que se olvide de querer
mangonear en AMGEVICESA. Y, mucho menos, pararle los pies a
Comisiones Obreras. Y tampoco hablarle al ‘iluminado’ de
manera tan rotunda: Como me sigas tocando los ‘compañeros’
voy a tener que contar de qué manera influiste para que tu
mujer esté disfrutando de un magnífico empleo.
Al vicepresidente de la Ciudad hay que temerle cuando se
pone el casco de combate y entra en batalla. La pena es que
sus energías no sean canalizadas en la dirección adecuada.
Por lo que en muchas ocasiones suscita dudas y pierde apoyos
que serían de mucha utilidad para él.
Otro día, si me acuerdo y viene al caso, referiré cómo
hubiera actuado Vivas en este caso. Ni mejor ni peor... Si
bien de forma diametralmente opuesta. De ahí que ambos, a
pesar de los pesares y de que vayan surgiendo problemas como
el de la manzana, se necesiten para afrontar el peso de los
errores que todo Gobierno comete a medida que se alarga su
estancia en el poder.
Verbigracia: el error de Francisco Márquez ha sido
declarar que a ver qué dicen ahora los que estaban en contra
del traslado del Mercado Central de Abastos a la manzana. En
una palabra, les conmina a que pidan perdón por haber
tachado de pelotazo la idea de alquilar, con derecho a
compra, los bajos del edificio. Parece mentira que el
consejero de Hacienda, persona tan preparada como titulada,
se haya dejado llevar por las circunstancias momentáneas,
sabiendo lo que piensa Vivas sobre el traslado del
mercado...
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