En las otras tres eliminatorias se produjeron una victoria
visitante y dos triunfos locales que ponen en el camino del
ascenso al Rayo Vallecano, el Alicante y la S.D. Huesca, los
indiscutibles favoritos para los encuentros de vuelta el
próximo fin de semana.
El Rayo de Pepe Mel asestó un golpe casi definitivo al
Zamora al que derrotó en el Ruta de la Plata, donde se
dieron cita nueve mil aficionados (tres mil rayistas) por
0-1. Un gol de Amaya en el 66’ dictó sentencia en un partido
marcado por la actuación del asturiano González Fuertes que
expulsó a los locales Agustín (48’) e Iker Alegre (81’),
además del entrenador del Zamora Miguel Ángel Álvarez Tomé.
El verdugo del Linares lo tiene crudo, pero no arroja la
toalla e intentará repetir en el ‘Teresa Rivero’ el 1-2 del
choque de vuelta de la primera eliminatoria. El campeón del
grupo IV, el Écija Balompié, deberá ofrecer lo mejor de sí
mismo en San Pablo si quiere levantar una eliminatoria que
se le ha puesto muy cuesta arriba, tras caer por 2-0 en el
estadio ‘El Alcoraz’, donde asistieron seis mil
espectadores. El partido estuvo marcado por el penalti y la
expulsión de Robert en el 16’ que allanó el camino a los de
Onésimo. Lalo no falló desde los once metros y dio ventaja
al equipo oscense. Cuando el partido se encaminaba al final
una mano de Pedro dentro del área significó el segundo
penalti y el 2-0 transformado por Edu Roldán. El Huesca, al
que se le escapó el ascenso la pasada temporada ante el
Córdoba, confía en la renta obtenida para ascender de
categoría, aunque el Écija no se da por vencido y se
‘agarra’ a su campo para ‘voltear’ la eliminatoria.
Joan Tomás, protagonista
Otro campeón en serios apuros es la Ponferradina, que perdió
por 2-0 en el Rico Pérez (asistieron 14.000 espectadores de
los que dos mil eran bercianos) y se ha complicado mucho la
vida. El delantero catalán Joan Tomás, que salió desde el
banquillo para jugar los últimos veinte minutos, se erigió
en gran protagonista con sus goles en los minutos 75 y 93
respectivamente. Unanua suma 280 minutos sin encajar un gol.
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