LUNES. 2
Días atrás advertí al delegado del Gobierno de que el
secretario general de Comisiones Obreras es de poco fiar.
Que es persona que suele ponerse bien puesta pero que, en
cuanto no se hace lo que él quiere, se desmadra. Y le
declara su guerra al más pintado. Le recordaba a José
Fernández Chacón, por ser nuevo en esta plaza, que
consultara con sus asesores al respecto. Y creo, pues cito
de memoria, que también le dije que procurara hablar con
cautela ante Juan Luis Aróstegui. Y allá que el
utrerano, a las primeras de cambio, se va de la mui y le
dice al sindicalista lo que pensaba en relación con los
Planes de Empleo. Y ahora, cuando ha comprobado que la
Dirección General del Servicio Público de Empleo Estatal le
permite aplicar, en este mismo año, el modelo que ya
empleaba en Melilla, se encuentra con que el sindicalista ha
declarado que “da por agotada en un mes la credibilidad del
delegado”. En realidad, lo que quiere decir Aróstegui es que
a partir de ahora no habrá día en que, por el motivo más
nimio, no arremeta contra Fernández Chacón. Esta es la
segunda vez que los asesores no han impedido que el delegado
la pifie... La primera fue cuando se paseó por la calle con
el editor de un periódico local, cenó y hasta brindó con él.
La segunda ha sido decirle al sindicalista que tenía
previsto cambiar la fórmula de los Planes de Empleo en el
2009. Y se ha perdido. Puesto que el reseñado Aróstegui, a
partir de ahora, tratará de llamarle embustero a cada paso.
MARTES. 3
Juan Vivas vive unos momentos de euforia contenida.
Aunque nunca hasta el extremo de que no se le note que le
embarga la felicidad por haber pasado un domingo
extraordinario y tenido un lunes sensacional. El domingo vio
en el reformado campo de Pasarón, de Pontevedra, un triunfo
grande de su equipo: la Asociación Deportiva Ceuta. Y al día
siguiente, rodeado de políticos propios y de adversarios,
cumplió con el trámite de pasar por el Registro General del
Congreso la primera iniciativa legislativa que lleva a la
Cámara Baja la Asamblea local. El presidente de la Ciudad
sueña ya con celebrar, en apenas unos días, el ascenso del
primer equipo local. Y seguro que en cuanto tiene un rato
libre le da rienda suelta a sus pensamientos y se ve
haciendo el recorrido triunfal por la ciudad y saludando
desde el balcón principal del Ayuntamiento a la multitud que
le aclama por haber sido protagonista muy principal del
hecho. En lo tocante a lo segundo, es decir, a que el
Gobierno de la nación amplíe al 50% las bonificaciones de
las cuotas empresariales a la Seguridad Sociedad
establecidas en 2004, y que se extienda a todos los sectores
productivos de la actividad económica, es pan comido. Por
ambas cosas, quienes antes decían que Vivas lucía una flor
en el antifonario, ahora saldrán diciendo que más que flor
lo que luce el presidente en las nalgas es todo un jardín
botánico.
MIÉRCOLES. 4
Leo la magnífica información que se ha publicado acerca de
los Planes de Empleo, firmada por Gonzalo Testa (a
propósito, no sé que tendrá el subdirector de este
periódico, para haberse ganado la confianza de mucha gente.
Pues hablan y no acaban de él. Bueno, la verdad es que
Gonzalo aprendió pronto a desenvolverse en esta ciudad, y se
ha hecho querer). A lo que iba, que el delegado del Gobierno
en Ceuta, José Fernández Chacón, se ha salido con la
suya: hacer que los Planes de Empleo acojan a más
desempleados aunque duren menos tiempo. Y además no ha
tenido que esperar a que finalice el año para poner en
práctica un modelo que le dio resultados durante su estancia
en Melilla. La idea, según he ido adentrándome en la
noticia, es que desaparezca el enchufismo y prevalezca la
transparencia absoluta en las contrataciones. Contrataciones
basadas en la ayuda a los más necesitados y nunca destinadas
a premiar favores electoralistas. De ahí que semejante
anuncio haya sacado de quicio a los sindicalistas. Ya que a
partir de ahora podrán emplear la voz para salir de dudas,
si las tienen, pero no tendrán voto. Espero, cómo no, por la
cuenta que le trae, que el delegado del Gobierno no se vea
obligado a pagar deudas, anteriormente contraídas, a ningún
partido político. Pues se le vendría abajo todo el tinglado.
JUEVES. 5
Sigue acaparando esta página el delegado del Gobierno. En
esta ocasión, se debe a que ayer visitó las instalaciones de
‘El Pueblo de Ceuta’, acompañado por sus asesores. Allí me
encontraba yo, quince minutos antes del tiempo fijado para
que hiciera su entrada en el edificio, gracias a que me lo
pidió el gerente de esta Casa: Ángel Muñoz Tinoco. A
las siete y cinco de la tarde José Fernández Chacón
se dirigía a mí, ante la atenta mirada del editor, José
Antonio Muñoz, para tenderme la mano y decirme, sin más
preámbulo, que llevaba tiempo deseando conocerme. De modo
que, durante varios minutos, estuvimos intercambiando
impresiones a marcha forzada. Bajo mi temor, justificado, de
no acaparar más de lo debido al hombre nacido en Utrera y
vecino de Cádiz desde hace ya muchos años. Tiempo tendré de
escribir al respecto. Es lo que pensé mientras decidí hacer
un aparte con los asesores: José Antonio Carracao, José
María Más, y con el jefe de Gabinete, Sergio Moreno;
mientras Rocío Abad, responsable de cuanto acontece
con la prensa en la Delegación, no perdía de vista a
Fernández Chacón. Nos dio tiempo, en la improvisada
tertulia, de reírnos un rato. Rato que aproveché, como no
podía ser de otra forma, para hacer propaganda del sitio en
el cual colaboro. Eso sí: con el desparpajo que otorgan los
años y midiendo las palabras. Más y Carracao, que apenas me
conocen, me prestaron la atención debida. Ante la mirada
complaciente, y no carente de ironía, de quien sabe algo más
de mí: Moreno; siempre afable y educado.
VIERNES. 6
Carlos Chocrón pensó un día que lo de plantar árboles
podría quedar muy bien. Y dio rienda suelta a su aventura
con el beneplácito del Gobierno de la Ciudad. Pero lo que
empezó siendo catalogado como un capricho de hombre rico,
por algunos envidiosos, le ha servido a Carlos para
concienciarse de que laborar a favor de la causa medio
ambiental le satisface tanto como le hace sentirse bien. Y
hasta se ha ganado en buena lid que la Ciudad le haya
premiado con el conocido Premio Encina 2008. Del que ha
dicho que ya ha entrado en la historia de su familia. Y que
hará todo lo posible para que los suyos se vuelquen con el
medio ambiente ceutí. Carlos Chocrón necesitaba, al margen
de su bien ganada fama como empresario de altos vuelos, un
premio ciudadano. Y Juan Vivas se ha dado cuenta de
que era el momento para otorgárselo a un hombre cabal. Y
sobre todo al propietario de una joyería que tanto lustre le
da a Ceuta.
SÁBADO. 7
Leo lo que escribe la directora del medio decano sobre la
soledad de los políticos que se sientan ante quienes lucen
puñetas en la bocamanga de sus togas. Y pone como ejemplo a
Francia, a Moro y a Sampietro. Los
tres, según dice ella, abandonados por sus partidos y
puestos en cuarentena hasta por quienes se jactaban de ser
amigos de ellos cuando tenían poder y repartían dividendos
en forma de concesiones de empleos y otras prebendas. Es
cierto que sentarse ante los jueces es siempre una prueba
dura, más que dura; incluso siendo uno el demandante. Por
ser así, el escrito de la pamplonesa me hace pensar, a
velocidad de vértigo, en que ésta, además de hipócrita, es
una desmemoriada. O bien se pone a escribir de lo primero
que tiene más a mano para salir del paso. Me explico: ¿cómo
es posible que le dé tanta pena del calvario, que
seguramente habrán pasado los antes citados políticos, y no
se acuerde de cuando un compañero suyo luchaba denodadamente
todos los días para que se sentaran en el banquillo quienes
le habían agredido en plena calle, mientras estaba en acto
de servicio? Un compañero a quien el editor del medio fue
incapaz de prestarle la menor ayuda. Pero más que perdida la
memoria, lo que debe tener Carmen Echarri es amnesia: al no
recordar que ella, que cubría todos los juicios, al de su
compañero no asistió para evitar el tener que escribir de lo
que allí se iba a juzgar. Y para no titular, días más tarde,
que los agresores habían sido condenados. Porque de esa
manera se exponía a no recibir la información privilegiada
que le proporcionaba cierto sujeto. Los políticos, por más
que el partido parezca que los considera apestados, en casos
así, no se quedan descalzos... Ah, Carmen, de Luis Vicente
Moro no deberías decir ni pío. Ni siquiera para condolerte
de sus problemas.
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