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OPINIÓN - DOMINGO, 8 DE JUNIO DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El éxito de José Tomás


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Ha sido el campanazo con el que ha terminado la feria de San Isidro de 2008.

No había estado en la feria, propiamente dicha, y sí estuvo en esa prolongación que han denominado la Feria del Aniversario.

Y ahí estuvo el torero, el único, o casi el único, de los de verdad, de los que ha dejado los “pases de engañabobos” para colocarse en el sitio justo, para arriesgar y correr peligro, para estar en el sitio de la verdad y para desenmascarar a muchas figuritas que sólo se arriman a la hora de cobrar.

Es posible que el público de estos días haya variado ligeramente del público de la feria de verdad, pero por mucha benevolencia que haya en los que sacaron sus entradas, esas cuatro orejas no deben ser un regalo, ni mucho menos, como no eran un regalo especial, envueltos en papel de celofán, los toros de Victoriano del Río.

Con actuaciones como la de José Tomás la fiesta de los toros no sólo no decae, sino que va a más, cada día sube un escalón y ni siquiera los precios de la reventa – porque el papel se había terminado en las taquillas- hasta 600€ por una entrada de tendido alto, ni siquiera eso permitió que hubiera huecos en los tendidos.

Es cierto que, a partir de ahora, cada día de festejo, todos los domingos, en Madrid, habrá mucho cemento y muchos turistas japoneses que se van al tercer toro, pero si la empresa, con esa idea de aportar más dividendos, tuviera la buena ocurrencia de repetir festejos de este tipo, es posible que, también, en agosto se viera el aforo cubierto en su totalidad.

Lo que no cubre ni el 16% del aforo es un cartel de compromiso, de relleno en un domingo de agosto o de julio, cuando medio Madrid se ha ido de vacaciones. Sin embargo, carteles serios, como los de la propia feria de San Isidro y con ganado de lo que es propio de Madrid, darían a las Ventas la entrada que todo empresario quiere ver: lleno hasta la bandera. Eso, repito, haciendo de la plaza un lugar serio, durante toda la temporada.

Y el problema, a partir de ahora, va a venir para todos los demás empresarios, no para Madrid. Cualquier empresa, desde Pamplona hasta Jaén, pasando por Santander, Bilbao, Salamanca, Valladolid o Zaragoza, que en sus carteles incluya al de Galapagar tendrá asegurado el lleno, pero sus emolumentos tan elevados le harán poner unos precios que no van a estar al alcance de todos los bolsillos. Aquí va a estar el verdadero problema, con la primera figura, y aquí va a estar el problema también si en una feria de prestigio no va José Tomás.

Con José Tomás, a partir de ahora, vendrán las ilusiones y más de una decepción el día que no esté a su altura.

Actores de este tipo estaban haciendo falta a la fiesta, para que más de un farsante, que va prolongando su estancia en los ruedos y viviendo de las rentas, vaya haciendo las maletas o se arrime con lo que eso le va a significar. Va a servir, también, para que los que quieren llegar a todo no cometan la osadía de los vetos, por miedo a no dar la talla.

En los últimos tiempos hemos visto “éxitos” de gente que no daba dos muletazos seguidos sin “meter el pico”, desde ahora esos engañabobos, con los toros tontos y manipulados van a tener dos opciones, o entrar con lo que haya, también con corridas duras, o marcharse a su casa. El querer, saber y poder debería ser la regla fija desde ahora, para la tauromaquia de verdad.
 

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