Conoció al doctor Ramón Soto en la Argentina y este ceutí le
enseñó a la Legión. Los padres de este argentino son de
Ávila, pero emigraron a la tierra de la fertilidad antes de
que irrumpiese en España la II República. La primera vez que
regresó a la tierra de sus antepasados fue con 24 años,
cuando ya ejercía la profesión de médico. Hace unas semanas
visitó la casa donde vivían sus padres y se emocionó de la
misma manera que lo hizo ayer tantas veces, las que lloró y
las que no. Además de médico, la suavidad con la que traza
sus frases y conceptos, con la que describe el paisaje y
pasajes de su vida permiten percibir que también entraña en
sí un espíritu poético y humanístico. “También escribo
poesía”. Médico de cabecera y gastroenterólogo, Carlos
Manuel Hernández Hernández tuvo la oportunidad de colocar la
corona de laureles en honor a los que dieron su vida por
España, después de que hubiera estallado el Novio de la
Muerte en el patio de García Aldave; lo hizo con el chapiri
puesto. “Existe un paralelismo, en fin, entre lo que yo he
hecho en mi vida y lo que hace un legionario”. Extasiado con
el noviazgo que siente un legionario por la muerte, comenzó
a indagar en los antepasados y en los detalles que definen a
esta unidad, gracias a la inestimable ayuda de su
amigo-hermano Ramón Soto. “Sé lo que es un espíritu
adecuado, el compromiso y la solidaridad, todo eso lo
incluye el credo legionario”. “Aunque parezca que yo no
tenga nada que ver con esto, dado que mi formación es médica
y humanística, yo encontré en La Legión algo imprescindible
para un país, porque ayuda a mantener las tradiciones y el
país que pierde sus tradiciones acaba perdiendo su rumbo y
acaba perdiendo su identidad”. Carlos Hernández muestra su
sapiencia a través de la medicina, enseñando a los
residentes y hablando de España. “Me parecen maravillosas
las autonomías, nosotros somos federales en la Argentina,
federal en su concepción, unitario en el manejo; escuchar
que se habla en nombre de una comunidad sin mencionar la
palabra España es algo que a mí como argentino me suena
gordo”.
¿Se ha emocionado hoy? “Caramba, si me miraron se notó, pero
soy hombre duro, acostumbrado a guardar mis emociones, quizá
por una deformación profesional. En este momento no me estás
haciendo la entrevista a mi sólo, están mis padres y mi
madre, abulenses, inmigrantes, con un hijo caballero
legionario”.
|