Andrés, el protagonista de la obra de Miguel Mihura ‘Ninette
y un señor de Murcia’, decide abandonar su vida monótona
vida como librero en Murcia en la conservadores España de
los 60 para experimentar en la idílica París y en sus
propias carnes la libertad sexual que tanto promulga su
amigo Armando, residente en la capital francesa. Una vez en
la ciudad de la Luz, su amigo le busca alojamiento en la
pensión de Madame Bernarda y Monsieur Pierre, una pareja de
españoles exiliados tras la Guerra Civil. Tras varios
encuentros amorosos fallidos -uno de ellos con una mujer
virgen- allí conocerá a Ninette, la hija de los dueños de la
fonda, de la que se enamorará perdidamente de ella hasta el
punto de no abandonar la pensión durante todo el tiempo de
estancia parisina restante.
Argumento ideal, atrayente y “genial, digno de un talento
como Mihura”, según Manuel Merlo, director del Centro de
Arte Dramático de Ceuta y de la adaptación de esta obra, que
pasó ayer por el salón del IES Siete Colinas, donde se
representará hasta mañana a partir de las 20.30 horas. En
palabras de Merlo, Mihura “analiza de forma tierna el exilio
republicano, la represión sexual de la época y, sobre todo,
un amor que él mismo hubiera deseado para sí mismo”. Un amor
y una trama que ayer no atrajo lo suficiente en Ceuta, ya
que el aforo del Siete Colinas quedó a la mitad. Pero queda
la puerta abierta para que hoy participe el público en mayor
número.
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