El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, se desplazó ayer
junto al responsable de Acemsa, Manuel Gómez Hoyos y la
viceconsejera de Calidad Ambiental, Celinia de Miguel (la
consejera de Medio Ambiente, Yolanda Bel, se ausentó por
cuestiones personales) a la barriada de Juan XXIII. El
motivo de la visita era el de presentar las obras acometidas
por la empresa adjudicataria Africana de Contratos y que le
ha costado a la Ciudad 600.000 euros. El deseo de los
técnicos de Acemsa era el de proteger toda la estación de
impulsión de aguas residuales que se encuentra situada a la
falda de la pequeña colina que une Juan XXIII con la avenida
Martínez Catena. Y es que las precipitaciones de otoño e
invierno hicieron peligrar esta instalación, que da
cobertura al 40 por ciento de la población ceutí. Las
principales operaciones hechas en el terreno han consistido,
según explicó el propio presidente, en realizar movimientos
de tierra y en la construcción de un muro de protección de
seis metros de profundidad. Vivas recordó que en febrero se
declaró el estado de emergencia en la zona, a partir de lo
cual se comenzaron las operaciones de mejora, que han
concluido tres meses después. “Tenemos garantías suficientes
de que los perjuicios que nos sobrevinieron por las lluvias
ya no se volverán a producir”.
El corrimiento de tierras que se produjo como consecuencia
de los temporales dejó en riesgo dos bloques de viviendas de
Juan XXIII, con 100 personas afectadas.
Nueva canalización
Las obras también se han aprovechado para hacer una nueva
canalización de las aguas pluviales para que el impacto
futuro de las lluvias no tenga consecuencias nefastas. Juan
Vivas aseguró que las obras son “muy importantes, porque
afectaban a la ecología y a un equipamiento básico,
saneamiento; también al 40 por ciento de la población de
Ceuta.” “No hay que olvidar -continuó- que los vecinos
quedan ahora en una situación de total seguridad”.
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