El sábado se celebrará en Ceuta la IV Convención de la
Asociación de Legionarios de Honor. El presidente de la
Ciudad, Juan Vivas, recibirá a todos los asistentes mañana
por la tarde y luego han sido invitados por la Tertulia
Flamenca a una sesión de cante y copla. Juan Orozco, ceutí
de nacimiento, es el presidente de esta asociación desde
hace seis años y está previsto que lo siga siendo dos más si
el sábado sale elegido nuevamente. Cuenta con todas las
papeletas, ya que el trabajo no es sencillo y nadie quiere
asumir el compromiso de coordinar todos los legionarios de
honor de España. Orozco sigue ejerciendo su profesión de
arquitecto técnico a los 76 años y dice que La Legión “es un
modo de vida”.
Pregunta.- ¿Cada cuánto tiempo se celebran estas
reuniones?
Respuesta.- Hacemos una Asamblea General cada año y cada dos
se elige una junta directiva nueva, encargada de nombrar al
presidente.
P.- ¿Cómo califica sus seis años al frente de esta
aventura?
R.- Esto empezó en el 94. Primero se pretendía hacer una
Asociación, estando de presidente Don José García Cossio y
yo como secretario; escribimos todos los estatutos, pero
antes de ser firmados en Asamblea, este hombre murió.
Teníamos un vicepresidente, Julio Gallardo, que se hizo
cargo de la situación. Cuando fuimos a hacer los estatutos
le propuse que en vez de hacer una Asociación a nivel de
Ceuta la hiciéramos a nivel nacional. Hay muchos legionarios
de honor esparcidos por la Península, Melilla y las islas.
Lo consultamos y a todos les pareció bien. Pedimos licencia
al Ministerio y me dijeron que sí. Los primeros que
conocíamos eran de Ceuta y empezamos con gente de aquí a dar
los primeros pasos. Luego nos fueron dando datos de
legionarios de honor que se iban haciendo nuevos y les
mandamos cartas y muchos se dieron de alta. Así formamos la
Asociación Nacional e hicimos la primera Convención. Vino
gente de fuera y tuvo gracia porque fueron ellos mismos los
que propusieron que la sede se estableciera en Ceuta. Y
hasta hoy.
P.- ¿Dónde tienen la sede?
R.- Como no tenemos local, que es algo que nos prometieron,
lo tenemos en mi estudio (sigue ejerciendo como arquitecto
técnico), donde está el mercado y la dirección de la
Asociación es la misma que la de mi casa. Allí me envían
toda la correspondencia. Las reuniones, cuando las tenemos,
las celebramos en el hotel Tryp, en el parador la Muralla o
en el Casinillo de La Legión.
P.- ¿Le hubiera gustado ser legionario?
R.- Yo fui alférez de ingenieros y cuando pedí que me
destinaran solicité venirme a la Legión de Ceuta. Pero me
dijeron que de Ingeniero no se podía optar al Tercio. Hoy en
día sí se puede.
P.- ¿Y cómo comenzó su idilio con el Tercio Duque de
Alba?
R.- Yo he trabajado muchos años como arquitecto en el
Ayuntamiento. Allí tuve mucha colaboración con ellos. Me
pedían que le hiciera las tribunas, que les pusiera gradas,
les monté un año un teatro para que viniera una artista...
fueron muchos aspectos más los que ayudaron a que me
nombraran legionario de honor. Yo fui secretario de nuestra
Asociación sin ser todavía legionario de honor. El coronel
Espartero me preguntó que por qué no había sido nombrado. El
carné me lo firmó el general Gabari, que estuvo aquí de
segundo jefe, aunque el título me lo dio Espartero.
P.- ¿Cómo es el estado de salud de la Asociación?
R.- Bien, cada vez vamos teniendo más socios. Ahora somos
unos 150, pero hay que tener en cuenta que no son muchos los
legionarios de honor que se nombran cada año. La lista de
los legionarios de honor es amplia, pero la mayoría están
muertos ya.
P.- ¿Cómo viven ustedes La Legión?
R.- Es como una religión. Estamos siempre a su servicio y
todo lo que podamos hacer por ellos lo hacemos.
P.- ¿Cuál es la función del presidente? ¿Le roba mucho
tiempo?
R.- Sí que quita tiempo. A pesar de que tenemos secretario
soy yo el que muchas veces realiza esa función. A pesar de
que todavía sigo trabajando, me queda tiempo para escribir
cartas. Estoy un poco cansado, pero como no se presentará
nadie, segurié de presidente mientras pueda.
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