Llamado a ser la piedra sobre la que se creen los futuros
consensos internos, José Antonio Carracao puso ayer la cara
y la voz al sector del socialismo ceutí que no entiende que
tres militantes llevasen la disolución del PSOE ceutí a los
juzgados en noviembre pasado. Ayer, tras suspenderse la
vista previa del proceso, se cruzó acusaciones mutuas con
Basilio Fernández de ser los responsables de mantener al
partido en los juzgados.
La tensión latente entre las dos orillas del PSOE ceutí, la
que representan por un lado Basilio Fernández y Antonio Gil
y por otro Enrique Moya y Antonia Palomo, vivió ayer un
nuevo episodio explícito y verbal tras la suspensión de la
vista previa del proceso que sigue el Juzgado de Instrucción
número 2 de Ceuta contra el partido en defensa de sus
derechos fundamentales a instancias de los dos citados y un
tercer militante, José Luis Martínez, que tras darse de baja
y hacerse a un lado motivó la postergación del acto de ayer.
Tecnicismos al margen, en la Sala se vio a una parte, la
demandante, buscando un acuerdo, y a otra, la demandada,
defendiendo que todo se hizo conforme a la legalidad y
partidaria, por tanto, de que el juicio continúe.
Cuando salieron, Fernández por un lado y Carracao, llamado a
forjar consensos a medio plazo, por otro, dieron versiones
diametralmente distintas de lo sucedido. El asesor del
delegado acusó a los demandantes de pedir la nulidad de
vista con argumentos falsarios y de mantener “un descabello
y un sinsentido”. “Lo que deben hacer es renunciar a su
denuncia por el mucho perjuicio que están causando al
partido”, dijo Carracao.
Fernández, por su parte, aseguró que después de pactar el
martes con el secretario de Organización del PSOE, José
Blanco, a través del líder ugetista Cándido Méndez, dejar
las cosas como están, sacarlas del juzgado, echar pelillos a
la mar y olvidar costas, al llegar al Palacio de Justicia se
encontró con que “donde ayer dije digo ahora digo Diego”.
“Que nos condenen en costas, que así los tenemos cogiditos”,
interpretó la posición contraria Fernández, que sin embargo
se mostró dispuesto a seguir adelante a pesar de que “como
siempre he dicho, esto lo arreglaríamos en 5 segundos”.
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