Recientemente el vice-presidente
del Congreso Mundial Amazigh, Rachid Raha, ha vuelto de
España donde ha desarrollado una apretada agenda con la
mayor parte del arco político, encontrando bastante sintonía
entre Izquierda Unida y, naturalmente, Convergencia y Unión
(CIU) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), formaciones que
siempre han apoyado las veleidades sutilmente
independentistas del movimiento bereber (a ellos les gusta
llamarse “amazigh”, sinónimo en su lengua de “hombres
libres”) en tierras maghrebíes, particularmente en Marruecos
y Argelia. Según Raha, quien se paseó profusamente por las
Cortes explicando a su criterio la regresión de los derechos
de la comunidad bereber en el país vecino, se abordaron
positivamente la enseñanza de la lengua amazigh en Melilla y
Ceuta, así como las presuntas repercusiones entre la
población actual del bombardeo con productos químicos por
parte del ejército español durante la ¿lejana? guerra del
Rif, presuntamente rastreables (sin por cierto ningún
criterio científico) en las altas estadísticas de cáncer
existentes en la región. También la pasada semana y a
iniciativa de los parlamentarios vascos visitó el Congreso
Ahmed Dgharni, cuyo proyecto de un nuevo Partido Demócrata
Amazigh Marroquí (PDAM) ha sido vetado por Rabat.
El Reino de Marruecos está logrando contener las
reivindicaciones bereberes, reconduciéndolas a través del
IRCAM (Instituto Real de Cultura Amazigh) e integrándolas en
el juego de las formaciones políticas clásicas, mientras
reprime Constitución en mano la creación de un partido con
raíces y perfil netamente bereberes… En Argelia, sin
embargo, se siguen viviendo alarmantes choques entre la
población árabe y la beréber como han evidenciado los
últimos y sangrientos enfrentamientos en Berriane, localidad
con unos 35.000 habitantes de la “wilaya” de Ghardaïa, a
unos 550 kms. al sur de Argel. Entre el 16 y el 18 de mayo
(ya en marzo se vivieron algaradas, con 1 muerto y 17
heridos) cerca de 200 jóvenes bereberes de doctrina ibadita
(emparentada históricamente con el jariyismo, fuertemente
anclado en su momento en el norte de África) se enfrentaron
violentamente a la población árabe (sunni malikí, como su
homóloga marroquí) armados de armas blancas y cócteles
molotov, obligando a las fuerzas de seguridad argelinas a
emplearse a fondo utilizando lanzagranadas lacrimógenas y
armas de fuego. ¿El balance?: 2 muertos y cerca de 40
heridos de diversa consideración, siendo los daños
materiales (casas destruidas, comercios y coches
incendiados…) cuantiosos.
Los bereberes cuestionan cada vez más la deriva colonialista
arabófona (que ha impuesto la lengua y la religión), siendo
una traición a la realidad étnico-cultural y a la historia
misma la imposición política de una “Unión Árabe” que nunca
ha existido: el Maghreb es, fundamentalmente, bereber (amazigh)…,
además de árabe. Y en lo que respecta a los dos ciudades
hermanas en estas tierras, sí alguna lengua hubiera que
integrar junto a la oficialidad del castellano (la lengua
más extendida en España) sería el “dariya” (árabe popular
marroquí) en Ceuta y el “rifeño” en Melilla, pero en ningún
caso el “fosha” árabe. ¿Intuyen ustedes, por cierto, a
quienes les interesa más -y por qué- la lengua del Corán…?
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