Ayer tocaba escribir del triunfo
sonado de la Asociación Deportiva Ceuta en Pasarón, que ha
hecho posible que Juan Vivas deje de estar bajo
sospecha cruel de gafe futbolístico; malicia que propalaban
sus enemigos cada dos por tres. Así que, libre de tan pesada
carga, nuestro hombre llegó el lunes a Madrid desde
Pontevedra con una cara de felicidad que hasta José Bono
le preguntó por la causa que había sido capaz de
proporcionarle tanta dicha como reflejaba su semblante. Y es
que el presidente del Congreso no relacionaba semejante
estado de satisfacción de Vivas con el hecho de haber pasado
éste por el Registro General del Congreso la primera
iniciativa legislativa que lleva a la Cámara Baja la
Asamblea local.
Pero mientras el presidente de la Ciudad está que se sale en
todos los aspectos (y qué decir si el Ceuta sigue recibiendo
ayuda desde el cielo... Lo ha dicho Benigno Sánchez),
no podemos olvidar que el delegado del Gobierno lo estará
pasando muy mal desde el domingo pasado. Que fue cuando
Juan Luis Aróstegui declaró que daba por agotada la
credibilidad de José Fernández Chacón.
A partir de entonces, tengo la impresión de que al utrerano
le entró una tembladera producida por el canguelo que pasó
al enterarse de que el secretario general de CCOO no le dará
crédito a nada de lo que él diga. En realidad, en la
Delegación del Gobierno piensan que ‘El iluminado’ le ha
declarado ya la guerra a Fernández Chacón. Para que éste
sepa, de una vez por todas, que no se debe arrogar
facultades de ningún tipo sin contar con su consentimiento.
Por consiguiente, mucho me temo que el delegado del
Gobierno, con la jindama recorriéndole el cuerpo en todas
las direcciones, estará maldiciendo la hora en que se
atrevió a anunciar que le es posible cambiar ya la fórmula
de los Planes de Empleo. Tras haber recibido el visto bueno
de la Dirección General del Servicio Público de Empleo
Estatal. Que ha sido el motivo que ha esgrimido Aróstegui
para airear que a partir de ahora tratará al delegado del
Gobierno con la punta del pie. Tal y como suele hacer el
muchacho de Comisiones Obreras con todas las personas que no
hagan las cosas como él manda.
En esta ocasión, Aróstegui alega que ha sido engañado porque
el delegado del Gobierno le prometió que los Planes de
Empleo serían modificados en 2009 y no durante este año. Y
el cambio le ha sentado como un tiro a quien está convencido
de que es la persona más influyente de esta ciudad. Y,
claro, con la persona más influyente de esta ciudad han de
contar siempre tanto Juan Vivas como Fernández Chacón, antes
de tomar cualquier decisión.
No me extrañaría, pues, que los asesores del utrerano,
viéndole con tanto pavor, se hayan ofrecido para mantener
una entrevista con el sindicalista, a fin de rogarle
encarecidamente que cambie de idea. Es decir, que diga
públicamente que él nunca dejará de creer en el delegado. De
no ser así, mucho me temo que la tembladera que le ha dado a
Fernández Chacón, nada más enterarse de que Aróstegui le ha
quitado el crédito, sería contraproducente para el buen
gobernar que de él se espera. Lo cual le proporcionaría a
Antonia María Palomo la oportunidad de notificarle a
Gaspar Zarrías, su amigo del alma: “Delegado del
Gobierno abatido por el canguis que le ha entrado en cuanto
Aróstegui lo ha puesto a prueba”. Y ya está el lío montado.
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