Decano de la sección de Ciencias del Instituto de
Estudios Ceutíes y biólogo de Obimasa desde hace doce años,
adscrita a la Consejería de Medio Ambiente, José Luis Ruiz
es miembro del comité organizador de las ‘VI Jornadas sobre
el Medio Natural de Ceuta y su Entorno’, que tendrán lugar,
desde hoy, hasta el próximo ocho de junio en el salón de
actos del palacio de la asamblea. Este evento recogerá un
ciclo de conferencia de una serie de expertos en el estudio
y conservación de primer orden en el Estrecho de Gibraltar,
como la evolución y especiación de la fauna, las migraciones
y las invasiones biológicas, en una zona donde hacia unos
cinco millones de años era nexo de unión entre Europa y
África.
P.- ¿Cuál es el motor que empuja organizar las jornadas
que comienzan hoy?
R.- Si bien el Instituto de Estudios Ceutíes se ha
caracterizado por la investigación y estudio de la Historia,
tanto a nivel local como regional, el campo de las Ciencias
Naturales es un terreno de trabajo en el que también se
centra la institución, aunque desde hace relativamente muy
poco tiempo. Con la creación de las secciones de
conocimiento en el IEC, se intenta potenciar el conocimiento
de las ciencias en general en nuestro ámbito geográfico. Y
una forma de hacer llegar a los ciudadanos conocimientos
sobre esta materia y centrados en un punto geográfico
concreto, que es el Estrecho de Gibraltar, es mediante la
organización de unas jornadas, que este año llegan a su
sexta edición. Ceuta es una zona de elevadísima
biodiversidad y no sólo a nivel biológico, sino también
desde el punto de vista del poblamiento humano desde hace
más de 270.000 años, según las últimas dataciones en la
‘Cabililla de Benzú’.
P.- Habló alguna vez de Ceuta como de un laboratorio
desde el punto de vista biológico.
R.- Desde el año 1986 varios autores que estudian fenómenos
evolutivos hablan de la vicarianza, que es un modelo de
evolución de especies que quedan divididas en dos
poblaciones por causas de tipo geológico o climático,
resultando dos grupos aislados que continúan su evolución
por separado, produciéndose en cada una cambios genéticos y
morfológicos.
P.- ¿Cuál es el cambio de tipo geológico que motivó la
diversificación de estas especies?
R.- Hace casi cinco millones y medio de años se dio lugar a
la apertura del Estrecho de Gibraltar. Hasta ese momento no
existía, pues el sur de la Península y el norte de África
estaban unidos. Había un puente continuo de tierra entre
ambas localizaciones, al que se le denominó el Puente
Bético-rifeño. A partir de aquí se llevaron a cabo una serie
de fenómenos importantes, como la crisis de salinidad del
Mesiniense, al final del periodo mioceno, etapa en la que
prácticamente se llega a desalinizar el Mediterráneo.
P.- En este punto, el entorno de Ceuta tiene mucho que
ver.
R.- Eso es. Precisamente el Estrecho de Gibraltar se sitúa
en la zona en que se asienta Ceuta. Algunos autores señalan
que el llenado de la cuenca se llevó a cabo en menos de 100
años, hecho que da lugar a pensar que hubo una cascada de
altura considerable junto a lo que hoy es el litoral ceutí.
Se trata de un fenómeno que está perfectamente datado, así
como aquellas especies que sufrieron procesos evolutivos
diferentes en ambas riberas del Estrecho debido a que, con
el llenado de agua en la cuenca del Mediterráno, han llegado
a separarse finalmente como especie. Esto dice que nos
encontramos en una de las regiones más complejas del mundo
desde un punto de vista biológico e histórico.
P.- ¿De qué se hablarán en las ‘VI Jornadas sobre el
Medio Natural de Ceuta y su Entorno’?
R.- Hemos dado un enfoque temático eminentemente a este
encuentro, tocando aspectos muy concretos como la biología
animal y botánica de la zona y el problema de conservación y
gestión de los recursos naturales. Veremos enfoques e
iniciativas novedosas en este último punto, como la
recientemente creada Biosfera del Mediterráneo o el programa
de Conservación y Gestión del Medio Marino Andaluz.
Asimismo, sabremos sobre los resultados de investigaciones
recientes, como por ejemplo la ecología del ‘Limonium
emarginaturm’ (Siempreviva), que es un endemismo
característico del Estrecho de Gibraltar realmente
interesante, del cual las mejores poblaciones que existen se
encuentran en las costas del litoral ceutí.
P.- Desde los últimos años se incide mucho en la
conservación del entorno natural desde un punto de vista
normativo. ¿Cómo está el nivel de aplicación de la norma en
Ceuta?
R.- La normativa sobre conservación del medio son
necesarias. No sólo para proteger la fauna y flora tan
valiosas que existen en esta franja de terreno, sino también
porque existen una serie de imperativos legales que nos
conminan a ello. Este amplio corpus normativo para la
biodiversidad ha sido modificado recientemente y concentrado
en una única norma a la que habrá que dar desarrollo, que es
la recientemente promulgada Ley 42/2007 sobre Conservación
del Patrimonio Natural y Biodiversidad. Ésta marca un hito
en el aspecto normativo de la conservación de la
biodiversidad, ya que ata a las administraciones públicas a
llevar a una práctica real la conservación de los hábitats
por ley.
P.- Se podría concretar algo más sobre la nomativa.
R.- Se puede decir que esta ley viene a trasponer las
diferentes normativas europeas en materia de Medio Ambiente
que anteriormente estaban dispersas en normas de menor rango
de ley para dar un enfoque más integrador. Pero ello da
lugar a un amplio debate que se verá con el tiempo, porque,
como ya dije, esta Ley 42/2007 es de muy renciente creación.
|
La Siempreviva es un bioindicador para estudios de impacto
ambiental
Ceuta constituye el mayor enclave
de ‘limonium emarginatum’ (Siempreviva del Estrecho) del
mundo, según revela un estudio elaborado por Orlando Garzón,
miembro de un grupo de investigación biológica de la
Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto de
Estudios Ceutíes. Orlando disertará hoy en el marco de las
‘VI Jornadas sobre el Medio Natural de Ceuta y su Entorno’
sobre esta planta, que se concentra en las proximidades de
Benzú y en el monte Hacho, ubicada fundamentalmente en
acantilados costeros. Este investigador afirma que la
‘siempreviva’ es un bioindicador del estado de conservación
de los acantilados a tener en cuenta a la hora de realizar
estudios de impacto ambiental en cualquier proyecto
urbanístico a desarrollar.
|