OPINIÓN - LUNES, 2 DE JUNIO DE 2008

Las retribuciones por residencia

El Ingesa, con mucha sutileza eso sí, se hizo eco ayer de la publicación de un informe titulado ‘Retribuciones de cuatro tipos de Médico Rural [o General] en España. Año 2007. Estudio comparativo de los Servicios de Salud en el año 2007 y evolución 2003-2007’ en un momento en el que parecen volver a emerger con fuerza las reivindicaciones del movimiento sindical en el sector sanitario para poner de manifiesto, según la breve nota de prensa con la que remitieron la atención de los medios a dicho estudio, que “Ceuta y Melilla se sitúan en los primeros puestos en lo que a retribuciones se refiere”. Examinando en contenido del citado informe se llega a la conclusión, porque así lo dicen sus propios autores, de que el diferencial existente entre las retribuciones brutas anuales de los médicos en las dos ciudades autónomas con respecto al resto de España [oscila en tres de los cuatro casos analizados entre 3.600 y 5.700 euros sobre la media nacional] se debe al “importante” complemento por residencia que perciben. En los tres casos referidos anteriormente los médicos del Ingesa, cuando tienen guardia o exclusiva, son los mejor pagados de todo el país. Los sindicatos se cargan de razones cuando exigen que, a la hora de analizar en comparativa sus nóminas con las del resto de colegas no debe tenerse en cuenta dicho concepto, sometido a un constante debate soterrado que pocas fuentes se atreven a poner sobre la mesa sin reparos. La Ciudad, recientemente, ha abogado por congelar la segunda iniciativa legislativa pactada con Melilla, la que reivindicaba el 100% del plus de residencia para todos los funcionarios en las dos ciudades, al entender que generaría más gasto y abriría la brecha social entre ‘las dos ceutas’. Pero el asunto está también en el trasfondo del rechazo de algunos militares a irse de ambas ciudades (incluso a cambio de renunciar a ascensos para no correr ese riesgo. El plus de residencia es un derecho reconocido y merecido que empieza a generar distorsiones que habría que, por su propia credibilidad, aclarar de una vez para eliminar suspicacias.