El trámite que espera a la propuesta pasa, primero, por su
calificación en la Mesa del Congreso, un mero trámite que
vela por su ajuste a las normas parlamentarias y que podría
cumplimentarse durante la segunda semana de junio. A partir
de ahí, la iniciativa pasará a manos del Gobierno, que
dispone de un mes para asumirla de manera voluntaria, algo
poco probable, o devolverla al Congreso para su debate
parlamentario en Pleno, algo que en el mejor de los casos no
se produciría hasta el mes de septiembre o, seguramente, en
octubre. Con el voto seguro a favor de la iniciativa del PP
y el previsible del PSOE la iniciativa pasaría a su debate
en Comisión de Enmiendas. Dado que los socialistas
consideran, informes de evaluación en mano, que la medida
aprobada en 2003 y renovada en 2006 y 2008 ha sido “buena”,
todo hace prever que a finales de ese año o a principios del
próximo se aprobará, matizada, definitivamente.
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