LUNES. 26
Buscando en mis documentos de internet unos apuntes
referentes a cierta situación vivida hace ya bastantes años,
hallo una carpeta que está titulada como pecado. La abro y
aparece el siguiente texto: “El estado permanente del hombre
es el pecado (Lector: no precipites, por favor, el
comentario). En la vida –me parece- se puede aceptar este
hecho o tener alguna aspiración a la pureza. Pero salir del
pecado es imposible. Tan imposible como salir de la
injusticia. Y quizá tan peligroso como salir de la
injusticia. Si uno trata de salir del pecado, pueden suceder
dos cosas: no acabar de salir por el contrapeso del pecado o
creer haber salido sin ser verdad, sin ser cierto, y
convertirse, entonces, en un ser falso e hipócrita, capaz de
hacer cualquier enormidad en nombre de la pureza fingida.
Considerarse siempre un pecador siniestro puede dar una
cierta esperanza de llegar a la humildad y la discreción.
Espero que esta convicción no me abandonará en el curso de
mi vida. Es la única esperanza que tengo”.
MARTES. 27
Antonio Sampietro anuncia que vendrá a Ceuta para
presentar el libro en el cual se ceba, ¡qué valiente!, con
Julián Muñoz y José Antonio Roca. En ese
libro, escrito por Paco Moyano y Agustín Hervás,
periodistas, también hay capítulos referentes a cómo
Sampietro fue presidente de la Ciudad. Donde cuenta la
importancia que tuvo para él ser recibido por el Rey. Nunca
pensó que pudiera llegar a tanto. Parece mentira que Toni,
conocido como el ‘bon vivant’ catalán, tenga aún ganas de
volver a una ciudad que vivió con él una época tan
desgraciada cual funesta. Cierto es que el Gil, partido de
infausto recuerdo, llegó a Ceuta porque así lo quisieron
varios personajes de aquí, que no dudaron en postrarse a los
pies de Jesús Gil, rogándole encarecidamente que se
presentara a las elecciones. Personajes que luego, todo hay
que decirlo, tuvieron cabida en el seno del PP. Y hasta los
hay que todavía siguen ocupando cargos importantes con los
populares o disfrutan de empleos de poco trabajo y
magníficamente remunerados. Aunque tienen que soportar, cada
vez que la ocasión lo requiere, el sonrojo de haber sido
protagonistas de unos hechos bochornosos. Maldita la gracia,
pues, que les habrá hecho a los ‘gilistas’ -que están
mamando de las ubres populares y rinden pleitesía a Juan
Vivas- el que Antonio Sampietro haya anunciado su presencia
en la Feria del Libro, con el firme propósito de hurgar en
un pasado considerado baldón por quienes aún tienen
dignidad.
MIÉRCOLES. 28
Fue ayer cuando leí que había sido homenajeado en Barcelona,
concretamente en los salones del Hotel Plaza, Quim Sarriá.
Por los muchos méritos acumulados en su larga trayectoria
profesional en la empresa municipal. Pero no sólo le
reconocieron sus veinticinco años de labor destacada en el
Servicio de Estudios y Proyectos, sino que fue distinguido
con otros premios por su actividad en tareas deportivas. No
ha mucho tiempo me presentaron al hombre que iba a colaborar
en ‘El Pueblo de Ceuta’. Nunca antes, la verdad sea dicha,
había tenido la oportunidad de hablar con el Quim. Y tampoco
durante los primeros días me fue posible mantener unas
relaciones fluidas con él por causa que no viene a cuento
traer a colación en esta página. Aunque debo decir que nos
saludábamos respetuosamente cuando coincidíamos en la
redacción. Semanas atrás nos vimos en La Pérgola, a esa hora
vaga de mediodía, y nos pusimos a pegar a la hebra. Y me
causó la mejor de las impresiones. No seré yo quien me ponga
ahora a enumerarles a ustedes cuáles son las cualidades que
atesora este ceutí que ha vivido más de media vida en
Cataluña. Entre otros motivos, porque nuestras relaciones
hasta el momento han sido superficiales. Pero si me atrevo a
destacarle, pues le sigo, cual personaje singular.
Apasionado en todo lo que cuenta y hace. Con tintes de
hombre renacentista. Y a mí no me cabe más que darle la
enhorabuena por esos premios que le han concedido en esa
tierra, Cataluña, donde le dieron la oportunidad de
demostrar su enorme valía.
JUEVES. 29
Otra vez vuelve a ocupar espacio en esta página, por derecho
propio, la consejera de Educación y Cultura, Mabel Deu.
Y es así, porque aparece en nuestra primera de hoy, tirando
de Juan Vivas en esa subida por una de las pendientes
de las Murallas Reales. Detrás del presidente de la Ciudad,
que como siempre está atento a estrechar las manos que le
tienden desde todos los ángulos, creo distinguir a
Aquiles Ruiz, director de Turismo. Con quien hace ya
mucho tiempo que no me meto en cháchara. Tal vez sea porque
ahora está más controlado por Guillermo Martínez,
consejero de Economía, Turismo y Empleo. Que no pocas veces
ha dicho que el personal que está bajo su mando no debe
desviarse lo más mínimo, si no quiere conocer cómo se las
gasta él. Se le nota al consejero, sin duda, que tiene
ínfulas de enorme gestor y que gusta de imponer entre sus
subordinados una disciplina espartana. A lo que iba, pues si
no sigo enrollándome y termino perdiendo el norte, que
aprovecho la ocasión para saludar a la señora Deu. Motivo
más que suficiente para que los técnicos de la Casa se vean
obligados a repetir esa fotografía donde la consejera,
siempre diligente, aparece atacando un camino empinado
-perteneciente al conjunto Monumental de las Murallas
Reales, con mucho brío.
VIERNES. 30
Si ayer se me fueron los ojos detrás de la fotografía que
apareció en la primera de este periódico, para hacerle el
artículo a Mabel Deu, hoy me ha pasado tres cuarto de
lo mismo con la que aparece en el mismo sitio. Aunque,
lógicamente, por distintos motivos. En ella se ve a Juan
Vivas escoltado por dos de sus más estimados consejeros:
Juan Manuel Doncel y Francisco Márquez. El
primero, responsable de la consejería de Fomento; y el
segundo, de la de Hacienda. Un Vivas que cada día viste
mejor. Y es ahí donde está el quid del asunto que me va a
permitir decir lo siguiente. Cómo se nota la influencia que
tiene en el vestir del presidente de la Ciudad, ese árbitro
de la elegancia que es Francisco Márquez. A quien se le
conoce como el Petronio de Ceuta. Es cierto que en
esta ciudad hay varias personas que se distinguen por llevar
la ropa muy bien y con facilidad pasmosa. Que es, a fin de
cuentas, lo que llaman elegancia. Aunque dicen que la palma
se la lleva el consejero de Hacienda y presidente del
Consejo de Administración de Emvicesa. Quien sigue
maqueando, por más que Juan Luis Aróstegui lleve dos
años empecinado en tocarle la... entrepierna. Pues bien, a
lo que iba: que la mejora en el vestir de Vivas, por el buen
gusto a la hora de elegir las prendas, y las formas de
casarlas, me han asegurado que se debe al mucho interés que
ha venido poniendo Márquez como consejero único de
guardarropía del presidente. Por lo tanto, a ver quién es el
guapo que se atreve ahora a llevarle la contraria al hombre
que ha conseguido que Vivas vaya hecho siempre un pincel.
SÁBADO. 31
Cada año, cuando se celebra la Feria del Libro, mi primer
pensamiento está dedicado siempre a Antonio Femenía.
Que así se llamaba el ayudante del bibliotecario de mi
pueblo. En aquella España gris, donde primaba la hambruna;
el Piojo Verde; la tuberculosis; la prima que se metía a
prostituta porque en su casa era necesario poner la olla
todos los días, y las injusticias prevalecían por encima de
todas las cosas, Femenía me alentaba a leer tres o cuatro
días a la semana, en la Biblioteca Municipal. Allí devoré
libros que él seleccionaba con mimo a fin de ganarme para un
ejercicio nada fácil aunque los beneficios sean luego
inmensurables. No me extraña, pues, que Montesquieu
dijera lo siguiente: “No he tenido nunca disgusto que una
hora de lectura no me haya quitado”. Hoy, lógicamente, daré
mi vuelta por la plaza de los Reyes y trataré de tocar el
lomo de algunos libros, olerlos, palparlos, y procuraré
comprar uno o dos ejemplares. De paso, me gustaría saludar,
si es posible, a Alejandro Santaella, firmante de su
primer libro cuando hace apenas nada que andaba en el
estirón puberal.
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