Está demostrado que las personas
que coparon los mejores cargos cuando el GIL, aunque no se
puedan ver ni en pintura, llegado el momento se buscan para
contarse sus obsesiones, sus problemas, sus penas, y, cómo
no, las persecuciones a las que se ven sometidas. En una
palabra, cuando están bajas de moral o se necesitan, suelen
ayudarse entre ellas.
Es lo que ha hecho Francisco Márquez de la Rubia,
consejero de Hacienda y presidente del consejo de
Administración de Emvicesa, recurriendo a un periodista con
el cual compartió los ideales de Jesús Gil, que en el
cielo esté, para poner al indecible Juan Luis Aróstegui
como digan dueñas. En román paladino: Márquez le ha dicho
impropios al secretario general de Comisiones Obreras, en un
medio que hasta ayer mismo, éste lo tenía como cortijo de su
propiedad y hacía y deshacía a su antojo en él. Qué habrá
cambiado en el cortijo, me pregunto yo, para que, en un
amén, nos hayamos enterado de que Aróstegui escribe cartas a
los ministros para decirles que no se confíen lo más mínimo
cuando hablen con los gobernantes populares de Ceuta.
La última carta enviada por Aróstegui, según cuenta Márquez,
ha sido a la ministra de la Vivienda, Beatriz Corredor.
A fin de que ésta no se fíe del diputado ceutí, en lo
tocante a cesiones de solares, porque éste tiene la mala
costumbre de especular con ellos. O lo que es lo igual: le
acusa de traficar con terrenos públicos, de lucrarse, de
negociar, de monopolizar, de encarecerlos...
La carta denunciada por el consejero de Hacienda y
presidente del Consejo de Administración de Emvicesa, si es
verdad que existe, y uno no tiene por qué dudarlo, demuestra
que Aróstegui no es trigo limpio. Algo que hemos dicho en
este espacio hasta la saciedad. Mientras que él se dedicaba
a darnos lecciones de moral desde un ‘Dardo de los Jueves’
que es el santo y seña de ese periódico donde presumen, de
que otra cosa podrían presumir, de tener más años que
Matusalén.
Francisco Márquez, que dice haber sufrido en silencio una
persecución sañuda por parte de Aróstegui, alias ‘El
iluminado’, durante dos largos años, le cuenta a quien fuera
otro destacado dirigente del Gil, periodista él, que tanta
crueldad se debe a que el secretario general de CCOO quería
a toda costa que se le adjudicara suelo para la cooperativa
que maneja éste. Suelo público de la Huerta Téllez. Y lo
quería, por cojones... Vamos, aunque los técnicos que
intervinieron en el proceso de licitación dijeran que otros
concursantes estaban en mejor situación.
Y por cojones, ateniéndonos a lo que ha largado Márquez,
significa hacer valer la ley del miedo. Basada no sólo en
ponerle trabas a todos los proyectos del Gobierno, sino
también confiando Aróstegui en que ese miedo sería doble si
los diputados se sintieran amenazados con ver en cualquier
momento aireados sus trapos sucios. Algo natural entre
quienes se ven obligados en ocasiones a bordear el fuera de
juego de la legalidad.
Pero cuando menos lo esperaba Aróstegui, también conocido
por el asustaviejas, Márquez, tras encomendarse a todos los
santos, ha salido a la palestra con furia y la lengua
desatada. Tan desatada como para manifestar que Aróstegui
tiene montado un negocio, amparado en la secretaría de un
sindicato noble. Cómo esta el patio. Y cómo deben estar en
ese medio para contarlo.
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