La lectura, dicen los expertos en
la materia, tiene una gran importancia en el proceso de
desarrollo y maduración de los niños: constituye un vehículo
para el aprendizaje, para el desarrollo de la inteligencia,
para la adquisición de cultura y para la educación de la
voluntad. El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, y
otras autoridades locales asistieron ayer para respaldar con
su presencia la inauguración de la Feria del Libro ceutí, un
evento anual que se consolida pero no parece crecer como
debiera en una ciudad que, además de atender a su público
interno debería aspirar a ser un foro de irradiación de
cultura hacia su entorno. La aparición de nuevas casetas,
especialmente la de nuevas editoriales locales, debe ser
saludada como un síntoma de salud empresarial, cultural y
emprendedora, pero sigue sin ser suficiente para convertir
este evento en un pulmón de aire fresco para la ciudad,
aunque sólo lo fuese durante los días que permanecerá
abierta. El potencial formativo de la lectura va más allá
del éxito en los estudios, una faceta por la que los padres
deberían aficionarse y aficionar a sus hijos a los libros
por el bien de su desarrollo formativo. Además, la lectura,
obviamente la buena lectura, proporciona cultura, desarrolla
el sentido estético, actúa sobre la formación de la
personalidad y, por si fuera poco, es fuente de recreación y
de gozo. Es por ello que, aún siendo digna de elogio la
aportación de la Ciudad Autónoma al evento se echa en falta
una cobertura más fuerte, con soluciones imaginativas, que
no todo es la subvención económica, para que la Feria cobre
una verdadera relevancia interior y exterior capaz de atraer
la atención de todos los ceutíes y sus vecinos más
inmediatos. Así, este año sobresale la iniciativa de acercar
la música a la lectura, a través de los conciertos que se
desarrollarán cada tarde desde ayer mismo, para animar a los
ciudadanos a acercarse, siquiera a curiosear, por las
casetas instaladas en la Plaza de los Reyes. Hace pocas
semanas la Feria de la Construcción demostró que es posible
hacer parecer a Ceuta una ciudad viva un domingo. Ese es
otro reto.
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