Ceuta.- El único anonimato que conserva ella es el de su
nombre. Su cara ha pasado por todas las publicaciones
escritas de Melilla y su voz por todas las radios y
televisiones, aún así, quiere mantener la privacidad; se
considera una portavoz de una serie de familias que van a
ser destinadas a otro lugar debido a la reducción militar,
“injusta porque no han cumplido los plazos para comunicarlo”
y sufrida porque no les ha dado tiempo a acostumbrarse a una
ciudad y se han visto obligadas a hacer inútiles
transacciones de inmuebles. Ella es la portavoz de las
afectadas por la reducción en Melilla y ha venido a Ceuta
para acompañar a sus compañeras de la ciudad vecina. Ayer se
la vio en el stand de Hadú, todas a una.
Los periodistas conocen su nombre, pero para el ciudadano
melillense es una incógnita que se vuelve casi enfermiza. El
miércoles por la noche llegó a Ceuta después de dos
travesías en barco, la primera, de Melilla a Málaga; la
segunda, de Algeciras a Ceuta. ¿Qué nombre le ponen a esta
cara y qué historia esconde detrás?
Pregunta.- ¿Cuánto tiempo lleváis en esto metidas?
Respuesta.- Las cartas se recibieron el 3-4 de abril y la
noticia fue publicada en los medios de comunicación ese
mismo día. Al lunes siguiente nos implicamos en el asunto.
P.- ¿Cuántas personas conformáis el grupo?
R.- Básicamente, el grupo lo forman cinco personas, pero
siempre ha habido ayuda. Por ejemplo, con las camisetas que
nos hicimos. Muchos son muy fieles a las concentraciones,
otros han recogido firmas por su cuenta o han entregado
hojas a sus familias.
P.- ¿Cómo asume el hecho de pasar del anonimato a la
opinión pública?
R.- Sigo siendo anónima. Muchas veces pongo la voz o la
cara, pero aquí luchamos mucha gente y sigo siendo yo.
P.- Pero su cara sale en los periódicos de Melilla
continuamente.
R.- Prácticamente hemos salido todos los días y en portada
un montón de veces. En Melilla, por lo menos, sí ha sido
así.
P.- ¿Qué diferencias existen entre las ceutíes y las
melillenses?
R.- No hemos hablado tanto con las ceutíes como para darte
una opinión fundada. Nosotras siempre que hemos tenido
cualquier cosa se lo hemos comunicado a la prensa, la radio
y la tele. Siempre hemos dado noticias o nos han llamado
para hacernos entrevistas.
P.- ¿Cae en saco roto todo lo que se hace?
R.- La esperanza es lo último que se pierde, pero... no sé,
quizá caiga en sacos roto. Yo creo que la gente se dará
cuenta de cómo afecta la reducción cuando vean que en su
ciudad hay la mitad de militares que los que hay ahora y eso
sucederá en 2010-2011. Eso fue lo primero que se publicó y
lo que se comunicó desde el Gobierno.
P.- Creía que iba a venir con la camiseta que siempre os
habéis puesto en vuestras apariciones públicas.
R.- Vamos a tener que sacarlas otra vez porque se está
volviendo a decir que quedan disponibles, por lo que la
reducción comenzará el 1 de julio como estaba previsto. Pero
bueno, vuestra incertidumbre es la nuestra, porque esto es
un sinvivir, de repente te quedas, de repente te vas y se
está jugando con la vida de muchas personas.
P.- ¿Por qué es injusto todo este proceso?
R.- Por muchas razones. A pesar de que sean militares y
estén siempre a la orden, lo primero que deben saber es que
son personas y tendrían que haberles dado un plazo mínimo
para comunicarles un cese de destino y no lo han respetado.
No soy militar pero si lo fuera me hubiera sentido no
querida y vería que no luchan por mí. Podrían haber dicho
cuando salieron las vacantes en 2006 que los destinos eran
provisionales y la gente no hubiera vendido su casa,
pensando que venía por ocho o diez años. Han mandado gente
forzosa unos meses y al mes recibe una carta de
disponibilidad otra vez. Ahí falla algo.
P.- ¿Cómo ha sido el apoyo del pueblo?
R.- Ni siquiera ha estado la gente afectada con nosotros,
imagínate el resto. Si sienta mal que no te arrope el
pueblo, los otros ni te cuento. Algún día se darán cuenta
los comerciantes y los melillenses. Estas dos ciudades están
ligadas históricamente con los militares.
P.- ¿Ha pensado tirar la toalla?
R.- Sí, muchas veces. Pero unos días soy yo la que tengo el
mal día y otras son las que lo sacan adelante o viceversa.
Pero lo que más fuerza nos da es la indignación: leer una
noticia que no es cierta, escuchar algunas declaraciones del
delegado (Fernández Chacón), o cuando se dijo que se nos iba
a dar una subvención cuando nos marcháramos... ¡pero si
todos los destinos son subvencionados! Lo harían para que la
opinión pública creyese que nos quejábamos sin razón.
P.- ¿Os sentís mártires?
R.- Mártires, no, pero con el tiempo se acordarán de
nosotras, de que llevamos una lucha justa.
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