Me refiero a la vicepresidenta
primera del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que
ante las preguntas discretas o indiscretas, según se mire,
de algún periodista, sobre los problemas por los que está
pasando el PP, tuvo una respuesta elegante y con el temple
de quien sabe lo que es pasar por esas situaciones, y con el
talante de un conocimiento perfecto de lo que es la base de
la democracia.
A lo largo de los cuatro años, un poco largos, que lleva de
vicepresidenta del Gobierno, ha sido la persona que más ha
demostrado, en el Gabinete, que sabe lo que hace y siempre
bien.
A ella le tocaron los problemas más duros de la anterior
legislatura cuando el famoso incendio de Guadalajara y allí,
en unas circunstancias muy desfavorables, dio la cara y
estuvo en su papel. Otros, ese día, habían emigrado.
Ahora, volviendo a las preguntas sobre el PP, ella podría
“haber hecho un poco más de sangre”, pero fue por el camino
recto, con seriedad y con cordura:”Una oposición fuerte es
lo mejor para la democracia”.
Está claro, con una oposición fuerte los caciques no tienen
terreno para el clientelismo, cosa que debiera saberse en
democracia, tanto en el PSOE como en el PP. Una oposición
fuerte no permite que ciertos puestos de trabajo se den al
capricho del “tunante” de turno, o del político de doble
cara. Una oposición fuerte es el contrapeso y equilibrio de
aquellos que están gobernando en un momento determinado. Con
una oposición fuerte no vale eso de “cuatro esquinitas...”,
porque antes de la propuesta ya está la espada de Damocles
sobre la cresta del “tragaldabas” en cuestión.
Tengo que repetir que me gustó la salida de la
vicepresidenta, porque ella sabe lo que fueron tiempos
complicados con los cambios de líder en su partido: Almunia,
Borrell, ...y luego la disputa por ver quien era el que los
suplía, Bono, Rodríguez Zapatero..., y la persona que ahora
va por libre y fuera del partido.
Ella sabe, me refiero a Fernández de la Vega, que esos
problemas van por ciclos en los partidos, y ella sabe que en
una democracia, con alternancia de partidos, lo que hoy toca
a tu vecino, te puede tocar a ti pasado mañana.
En otros momentos, o dicho por otras personas, me hubieran
parecido palabras huecas, vacías de significado, en boca de
la vicepresidenta del Gobierno me han parecido sinceras,
sensatas y acordes con lo que hay en estos momentos en
política.
Ahora bien, eso es lo que se ha dicho y se piensa desde la
cordura, lo que no quiere decir que en la propia casa del PP
no se siga echando leña al fuego, posiblemente porque un
hombre cabal, como es Rajoy, no ha sabido dialogar con los
pesos pesados de su propio partido y ahora se le han venido
encima casi todos a la vez. Eso es malo y eso va a dejar el
Congreso muy devaluado, si antes no se ha llegado a algún
acuerdo claro.
Los Mayor Oreja, el propio Rato (aunque fuera), Ruiz
Gallardón, la sombra alargada de Aznar ..., y algunos otros
más, no son , que digamos, pegadores de carteles y algo
tienen que decir en el partido.
Hace muy pocos días a un amigo mío, Javier Valverde, le daba
una fuerte cornada un toro de Miura en Estepona, el toro era
complicado hasta el final, pero nada comparable al toro que
va a tener que lidiar Mariano Rajoy antes y durante el
Congreso. ¡ Qué Dios reparta suerte, maestro!
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