Siguiendo con la columna del
pasado domingo (a la que he remozado el titular), las
últimas cifras del reputado ‘Instituto Internacional de
Investigaciones para la paz’ (SIPRI) de Estocolmo nos
aportan un elocuente dato: Marruecos es pese a su situación
social y económica el cuarto país árabe después de Argelia
(Arabia Saudí está a la cabeza) en invertir en gastos
militares, sobre 2.300 millones de dólares en 2007. Por otro
lado unidades de las FAR colaboran en misiones
internacionales en África (Congo Democrático y Costa de
Marfil) y Europa (Kosovo), habiéndose desplegado también
junto a efectivos españoles en Bosnia Herzegovina y Haití,
lo que no deja de ser un encomiable gesto común entre la
comunidad militar de ambos países. Con todo Rabat vigila a
sus vecinos atentamente y con circunspección, cuando no con
alarma. Entendible en el caso de Argelia, país con el que
Marruecos está librando un conflicto armado, abierto a veces
como en la “Guerra de las Arenas“ (1957) tras la
Independencia o soterrado en la actualidad, en el Sáhara
Occidental con el Frente Polisario interpuesto. ¿Pero con
España…? Ambos países tienen firmado un importante tratado
de Amistad y Buena Vecindad (que a la hora de la verdad fue
papel mojado), los proyectos de cooperación y las
inversiones españolas son muy importantes y, es obvio,
España no ambiciona ningún territorio marroquí… Rabat, por
el contrario, parece seguir pendiente del mapa del “Gran
Marruecos” diseñado por Abbas El Fassi, ejerce una extorsión
de Estado buscando el apoyo explícito español (¡el implícito
ya lo tiene!) a la causa sagrada de sus “Provincias del
Sur”, ambiciona la soberanía de unas ciudades que nunca
fueron suyas (Ceuta y Melilla, las Canarias vendrían en una
segunda fase) y alienta, en definitiva y por cauces no
precisamente diplomáticos, un conflicto de baja intensidad
manejando a su conveniencia problemas objetivos como la
droga o los movimientos migratorios en momentos concretos.
No deja de llamar la atención el último goteo de
subsaharianos sobre Ceuta… ¿De donde proceden?; porque los
bosques de Beliones y Yebel Musa están cercados y bajo
vigilancia… ¿Un sutil aviso cara al retrasado viaje de
Rodríguez Zapatero a Rabat y en el que, me consta, estaría
previsto firmar acuerdos estratégicos que hipotecarán las
relaciones bilaterales hispano-marroquíes para el inmediato
futuro?. Seguimos sin tener información oficial sobre la
famosa carta de Zapatero a Mohamed VI, que permitió la
inmediata vuelta del embajador marroquí a Rabat tras la
crisis de la visita de los Reyes de España a Ceuta y Melilla
el año pasado. Recuerde el lector que Rabat había advertido
de condiciones previas, muy concretas, para reanudar las
relaciones rotas… Pienso que esta es la clave que explicaría
el retraso del viaje de Zapatero: Ceuta/Melilla y el Sáhara
Occidental… a cambio, también, de elevar el trato de las
empresas españolas en Marruecos al mismo nivel que las
francesas. Es precisamente en este doble contexto, de guerra
encubierta con Argelia y de conflicto de baja intensidad con
España, en el que debe contextualizarse el proceso
armamentístico de Marruecos, alarmado con razón por las
elevadas inversiones militares argelinas.
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